Pasternak en Matanzas |
|
O la nieve como alegoría de la mirada. |
|
por RODOLFO DAMIáN, Matanzas |
|
Publicado por Ediciones Vigía, de la ciudad de Matanzas —con traducción libre de Juan Luis Hernández Milián—, los cubanos de "acá" tenemos la oportunidad de conocer Los poemas de Yury Shivago, del poeta, traductor y novelista Boris Pasternak.
No es la primera vez que Vigía publica a uno de los más grandes escritores rusos del siglo XX. Con anterioridad había editado un grupo de sus poemas bajo el sugerente título de La vida es minuciosa.
Se trata de un esfuerzo saludable por dar a conocer al lector cubano la producción de autores que al no treparse al carro de la revolución rusa fueron silenciados, cuando no fusilados o muertos en los campos de concentración estalinistas. Lo aparecido de Essenin, la Ajmátova, Blok o el propio Pasternak en las revistas nacionales, puede calificarse de escaso.
La misma novela de éste último, Doctor Shivago, nunca ha sido publicada en Cuba (gracias a su sentido "asoviético", según calificación de Iliá Ehrenburg).
En la presente edición, de formato suficientemente sobrio, aparecen 25 poemas en los que Pasternak refleja en versos cortos, llanos en su mayoría, la mística religioso-pagana del pueblo ruso, encerrado en tradiciones alegóricas.
Las mismas que el escritor temió perder y utilizó para una posible reencarnación. Un vaho de la nostalgia en el que hasta la nieve acaba siendo una alegoría de la mirada.
Los poemas de Yury Shivago son lectura íntima, sin altisonancias. Llegan más al corazón que al espacio, como pidiéndonos que nos encontremos y sostengamos la luz dentro de tanta tiniebla:
Y muchas tardes, nuestras despedidas
nuestras fiestas son nuestro testamento
para que la secreta vena de los sufrimientos
entibie el frío de la vida.
|