Jueves, 04 julio 2002 Año III. Edición 402 IMAGENES PORTADA
Semblanzas
La criolla de Casas Romero

Sobre otro de los músicos olvidados en el hall de la fama del reconocimiento popular.
por JOAQUíN ORDOQUI GARCíA, Madrid Parte 2 / 2

Antes, en 1895 y con sólo 14 años de edad, se unió al ejercitó mambí en la lucha por la independencia de Cuba. Al terminar la guerra, regresó a su ciudad natal, donde simultaneó actividades como director de una banda de niños y como tipógrafo, lo que delata su origen de clase media.

En 1904, con 22 años, se fue con su música a otra parte: a La Habana, y sólo 5 años después era catedrático de flauta en el Conservatorio Nacional de Música, lo que demuestra su competencia. De ese mismo año, 1909, datan sus primeras grabaciones para la Víctor, al frente de su propia orquesta (que aparece en los discos como Orquesta Sinfónica de Cuba "Luis Casas") y también como director de la Banda del Regimiento de Infantería de La Habana. Con estas formaciones registró por lo menos 34 piezas —la gran mayoría compuesta por el propio músico— desde esa fecha hasta 1921, según consta en la discografía citada.

Además de ello, fue el director de la orquesta del Teatro Martí y participó como primer flautista en muchas de las agrupaciones que amenizaban los teatros.

En 1912 escribió su criolla más afamada, El mambí, supuestamente autobiográfica: "Allá en el años noventa y cinco/ y por las selvas del Mayarí,/ una mañana dejé el bohío/ y a la manigua salió un mambí". Es significativo que Casas Romero asumiera en esa criolla un origen campesino, a pesar de su urbano proceder. Se trata de uno de esos mitos que, como Liborio, ha simbolizado al criollo como campesino y blanco, cuando en realidad la población cubana hace ya muchos años que es mayoritariamente mestiza y citadina.

A partir de 1913, forma parte del ejército, para el que organizó la Banda de Artillería y donde llegó a director de la Banda del Estado Mayor, una de las principales agrupaciones musicales de la época. Durante la primera mitad del siglo XX, las bandas militares constituían una interesante alternativa para los músicos y para el público, que podía escuchar de forma gratuita algunas de las obras más importantes del repertorio universal y cubano en arreglos para estas formaciones, en las que predominan los metales y la percusión.

Otra de las innovaciones de este interesante músico fue la introducción de la primera fábrica de rollos de pianola de La Habana, en 1918. La pianola era un instrumento que "leía" unas perforaciones realizadas en unos rollos y, por medio de un mecanismo similar al de las cajas de música, convertía estas perforaciones en notas musicales.

En el currículum de Luis Casas Romero hay que incluir que fue uno de los pioneros en las emisiones radiales cubanas, la publicación de algunos artículos en la prensa, así como la composición de más de 500 obras, entre las que se incluyen zarzuelas, revistas musicales, decenas de criollas y ese bolero magistral titulado Si llego a besarte. Murió en La Habana, el 30 de octubre de 1950.

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