Amistad fecunda |
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por LáZARO MORELL, Madrid |
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Lo primero, pedir disculpas porque, tras casi una hora de intentarlo, me fue imposible descubrir la o las palabras del sexto verso de la última décima, que aparece sustituido por unos puntos suspensivos encerrados entre paréntesis. El problema es más arduo de lo que parece porque, con tal de rimar, el maestro Joseíto podía decir cualquier cosa, de modo que es casi imposible adivinar una palabra por el contexto. Por ejemplo: "Se presta, perversamente,/ sin que le cueste desvelo,/ de instrumento, Maquiavelo,...". Por cierto, que me encantaría saber quien era ese señor tan malo. ¿Acaso le llamaban el rey de la melodía? ¿O el rey de la melodía es como la firma de la canción y se refiere al propio Joseíto? Misterio. Por cierto, que era malísimo, fuera quien fuera ese vil, cruel, rufián, villano, reptil y canalla que tiene, además, la posibilidad de hacer daño a toda la humanidad, siempre, claro está, que se den algunos aires explotativos. Encantadora la palabrita, ¿no? ¿Y qué me dicen de "vive su vida guillado"? Nada de "guillao", señores,/ que el José muy fino era:/ cantando la guantanamera/ sin tapujos ni temores. ¡Coge el trillo, venao!
La amistad Joseíto Fernández
Hay quien brinda una amistad con aires explotativos y con fines lucrativos simula amabilidad. Esta es la especialidad que en ese sentido tiene, que sin que nada le apene le hace a cualquiera un desprecio cuando ve que su comercio esa amistad no conviene.
Mientras tiene la ocasión reptilmente de vivir se deja hasta maldecir por tener la explotación. Soporta la humillación y el cubanismo grosero y hasta se halla limosnero con aquel que lo ha vejado sólo porque está pegado a un ser que tiene dinero.
Se presta, perversamente, sin que le cueste desvelo, de instrumento, Maquiavelo, vil y canallescamente estando el metal presente no ha desgracia que lo espante, así le pongan delante un patíbulo inhumano no hay esfuerzo sobrehumano que su decisión aguante.
Con el velo de amistad, vive su vida guillado haciendo daño marcado a toda la humanidad. Se sacia con la maldad injusta y (...) sin ver que su pecho herido de cruel, rufián y villano no es de sentimiento humano el rey de la melodía.
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