Jueves, 21 noviembre 2002 Año III. Edición 499 IMAGENES PORTADA
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El Comandante de las letras

'Antes de la Revolución la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de la Revolución se movía sobre la faz de las aguas'.
por ENRISCO, Nueva Jersey Parte 1 / 4
Castro

Para los admiradores insaciables del Comandante, una noticia buena y otra mala. La buena es que el Comandante ya está haciendo planes para una nueva vida. Al parecer se le han quedado cosas por hacer y no quiere que su muerte —todo es posible, incluso tratándose del Comandante— nos impida disfrutar de sus ocurrencias. La mala es que en la próxima vida quiere ser escritor, y de ser posible, García Márquez. A aquellos que se hayan encariñado con el Comandante en su actual versión les será difícil aceptar la idea de que su ídolo, en la próxima encarnación, no aparecerá cada día un par de horas en la televisión para decirles lo que tienen que hacer en caso de amenaza de ciclón o hasta del imperialismo en persona. Sólo faltaría que el imperialismo decidiera reencarnar en la Madre Teresa de Calcuta: al menos sería curioso ser testigos del encuentro entre ambos en Estocolmo, cuando fueran a recoger sus respectivos premios Nobel.

(Antes de proseguir, quisiera hacerle llegar mi más profundo agradecimiento al Comandante a nombre de los humoristas. Cuando más desesperados nos encontramos, sin saber sobre qué escribir o dibujar, siempre el Comandante tiene una ocurrencia feliz que nos salva de nuestra crónica sequía imaginativa. Siempre tiene una frase, una idea, que salva nuestra falta de talento para crear situaciones humorísticas. Un día puede decir, por ejemplo, que hubiera preferido mil veces que los norteamericanos invadieran Cuba antes de aceptar que los rusos instalaran cohetes nucleares en la Isla. Eso da pie a que cualquiera se pregunte cómo fue que a la larga resultó más factible importar misiles desde 10.000 kilómetros de distancia que una invasión desde sólo 90 millas. Increíble lo barato que podía salir el transporte en aquel entonces. O lo caras que salían las invasiones. A la próxima crisis de ideas que tenemos el gremio de humoristas, o sea, a la semana siguiente, se aparece nuevamente el Comandante para salvarnos. En esta ocasión se le ocurre decir que Cuba no participará en los Juegos Centroamericanos en El Salvador porque se conoce que la mafia de Miami planea agresiones contra nuestros deportistas y, en especial, contra el jefe del Comité Olímpico Cubano, el octogenario José Ramón —El Gallego de Asturias— Fernández. Y entonces uno pone manos a la obra y piensa en los numerosos atentados perpetrados contra nuestros deportistas nada más poner un pie fuera de la Isla. Todo indica que el enemigo ha creado un arma misteriosa y terrible con la que hace desaparecer a algunos de nuestros mejores atletas para luego reaparecerlos en Miami frente a un montón de micrófonos anunciando que acaban de firmar un contrato por un millón de dólares anuales con los Yankees de Nueva York. Es lógica entonces la preocupación de que utilicen esa misma arma contra José Ramón Fernández. ¿Qué va a hacer El Gallego de Asturias cuando se vea frente a un montón de micrófonos en Miami? ¿Decir que acaba de firmar un contrato para jugar por el Real Madrid? Después de todo, experiencia no le falta. Y ni siquiera tendría que ocupar plaza de extranjero. Por esa y otras razones, nosotros, miembros de la Asociación de Humoristas Independientes (AHÍ), queremos agradecerle al Comandante todos sus desvelos porque no nos quedemos sin material con el que trabajar).

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