Martes, 17 diciembre 2002 Año III. Edición 517 IMAGENES PORTADA
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Roma: Hombre que escribe

por ARIEL LEóN  
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El hombre nace en medio de una familia pobre. Poco después se educa en escuelas públicas. A pesar de esto, el hombre quiere escribir. Decide escribir desde muy joven y lo hace, pero vive en una situación precaria. Desde muy temprano tiene que enfrentar las serias dificultades que implica intentar publicar. Sin embargo, el hombre está decidido a escribir. Y escribe cuentos. Vive en cuartuchos de casas de huéspedes, rodeado por la carencia. No tiene un trabajo fijo y por supuesto no puede contar con un salario que le permita la menor tranquilidad para poder escribir. Pero esto no le impide continuar escribiendo. Escribe poesía. El hombre funda una revista, Poeta, para lo cual, entre otras cosas, vende o alquila sus escasos trajes. Dos números. También estudia, en La Habana, Filosofía y Letras, pero no termina. Sigue escribiendo. Escribe también teatro. En 1946 llega a la Argentina. Hace frío y el hombre no se alimenta bien. En Buenos Aires conoce a Borges, que le había publicado un cuento, El señor ministro, en Anales de Buenos Aires, y a Gombrowicz, escritor polaco exilado, entre otros escritores. El hombre continúa escribiendo. Escribe poesía, cuentos. Publica también una revista modesta y efímera. Vic-trola. Son años de escasez, de frío, de intentos, pero también años en los cuales el hombre escribe. Escribe cuentos, teatro. Poco después José Rodríguez Feo, coeditor de la revista Orígenes, lo nombra corresponsal de la revista Ciclón en la Argentina. Esto mejora un poco su situación económica, hasta ese momento incierta. Esta pequeña variación le permite al hombre continuar escribiendo. Escribe artículos, poesías, teatro. Publica también sus Cuentos fríos en la editorial Losada. En el año 1956, el hombre regresa a La Habana. No se detiene. No para de escribir. Llega el año 1959, triunfo de la revolución cubana. El hombre colabora para la nueva revista Lunes de Revolución, dirigida por Cabrera Infante. Escribe, siempre sin detenerse, poesía, cuentos, teatro, artículos, pero el hombre es homosexual. Se encuentra entonces con que la homosexualidad es considerada un problema ideológico, y como es natural se reprime, pero esto no impide que el hombre siga escribiendo. La situación empeora, a los homosexuales los internan en campos de trabajo como resultado de la política antihomosexual que se expande por todo el país. No pasa por esa experiencia, pero el hombre dice que tiene miedo. Tiene miedo, teme, pero sigue escribiendo. Escribe teatro, cuentos. En 1971 los homosexuales no pueden tampoco ocupar cargos relevantes en la esfera de la cultura. El hombre está silenciado, sus piezas teatrales no se estrenan. Su obra está censurada. Como puede sospecharse, ante esta situación opresiva el hombre decide continuar escribiendo. En 1979, el hombre se muere. Infarto masivo. Muere en la mayor oscuridad. Muere por segunda vez. A partir de los años ochenta se comienzan a publicar sus obras y sólo entonces se estrenan algunas de sus piezas teatrales. Por estos meses se ha celebrado en La Habana un aniversario del día de su nacimiento. El hombre está muerto, pero no han logrado impedir que siga escribiendo. La literatura es una cosa muy persistente.


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