| París: Estrellas de la música cubana en la Sala Favart |
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AFP/ La Sala Favart, el teatro parisino en el que nació la Carmen de Bizet, vive esta semana al ritmo cubano, con una comedia musical en español creada por el francés Jérome Savary y su elenco, Chano, un cubano en Nueva York, que permanecerá en cartelera hasta el 29 de junio.
Esta revista, variopinta y desbordante de humor, es a la vez una búsqueda del tiempo perdido, la gloria de un rumbero cubano negro olvidado pese a ser un innovador, Luciano Pozo González, alias Chano Pozo (1915-1948), y el despliegue del arte de más de treinta cantantes, bailarines y músicos cubanos que perpetúan una tradición de ritmo y de música.
Dos porches de solares de La Habana, uno de ellos cerrado con una cortina metálica que oculta la orquesta, ante los cuales se mueven los protagonistas, y un Cadillac rosa de los años 50, bastan como decorado para recrear un ambiente.
Algunos de los intérpretes son verdaderas estrellas en Cuba, como el percusionista Wilfredo Changuito de Fernando, el cantante Armando Galindo Sotomayor y Miguel Ángel Díaz, que asume la dirección musical del espectáculo junto con el compositor y saxofonista norteamericano Allen Hoist. Cada uno de ellos interpreta asimismo un personaje, al igual que la decana de las cantantes de La Habana, Juana La cubana Bacallao, de 86 años de edad.
Varios artistas que colaboran habitualmente con Jérome Savary, como Michel Dussarrat y Carlos Pavlidis, se unieron al elenco cubano, al igual que la esposa de Savary, la cubana Gretel Pequeño.
El conguero Chano era famoso como percusionista e improvisador, como bailarín y como cantante. Su singularidad fue incorporar al jazz los ritmos afrocubanos, los de las congas y el bongo, lo que le granjeó la admiración del compositor norteamericano Dizzy Gillespie, con quien tocó en Estados Unidos a partir de 946.
Para narrar su carrera fulminante, que fuera troncada por un disparo, Jérome Savary imaginó como intriga "la historia simple de un saxofonista negro norteamericano que viaja a La Habana en busca de los recuerdos de Chano", explicó el director teatral.
Pero la historia es sólo un pretexto para escuchar la "gran aventura del be-bop" y evocar este encuentro entre Gillespie y Chano, del que surgieron el arreglo de la composición Manteca y otros éxitos.
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