Viernes, 15 noviembre 2002 Año III. Edición 495 IMAGENES PORTADA
Cultura
El precio a pagar

Cabrera Infante y Alejo Carpentier: De la coherencia ética al exilio rosa.
por JORGE A. POMAR, Colonia Parte 1 / 3
Guillermo Cabrera
Guillermo Cabrera Infante

Por la calidad y originalidad de su narrativa, Alejo Carpentier y Guillermo Cabrera Infante clasifican como los dos más grandes narradores cubanos del siglo XX. Y, sin duda, también como los mejor ranqueados a nivel mundial: ambos son Premios Cervantes y altos exponentes del boom latinoamericano. Tal vez esta preeminencia literaria, el hecho de ser ambos poseedores de una erudición enciclopédica y su condición de intelectuales revolucionarios y perseguidos antes de 1959, sean las únicas o, al menos, las más significativas coincidencias en dos biografías y dos novelísticas crasamente contrapuestas en casi todo lo demás.

Carpentier y Cabrera Infante integran una pareja paradigmática y hasta cierto punto paradójica en cuanto a sus respectivas posturas éticas y político-ideológicas, y al tratamiento que le da el castrismo a uno y a otro. Ambos serán funcionarios culturales del régimen. Sin embargo, tras esa común entrega inicial a la causa revolucionaria, sus trayectorias se bifurcarían hasta dejar definitivamente a Carpentier en el cómodo papel de diplomático cubano en su entrañable París, donde morirá en olor de santidad castrista, y a Cabrera Infante en el inclemente exilio londinense, que aún padece y padecerá hasta su muerte o el fin del régimen en hedor de apátrida herejía, hostigado por una izquierda europea y latinoamericana ilusa y/o vindicativa.

Hay una gran diferencia de edad: Carpentier nace en 1904 y Cabrera Infante en 1929. Aunque, al menos a los efectos de nuestro asunto, el importante cuarto de siglo que media entre el uno y el otro apenas si es significativo. Cuenta más el dato de que, por su origen y la filiación comunista de sus primeras influencias culturales, Cabrera Infante puede reclamar para sí un pedigrí proletario y genuinamente criollo inexistente en el caso de Carpentier, un hombre nacido en Cuba por azar —de padre francés y madre rusa pertenecientes a la clase media profesional—, que antes y después de 1959 apenas residió en la Isla esporádicamente.

La cuna culta y cosmopolita de Carpentier —apoyada por una temprana formación hogareña en arquitectura (profesión paterna) y música clásica (influjo materno) y reforzada por una prolongada estancia en la capital francesa, donde a los 12 años cursa la enseñanza media— aguzará su capacidad para ver a Cuba y el Caribe desde una perspectiva eurocentrista, donde el mundo americano aparece como un reflejo asombroso del acontecer en el Viejo Continente. El tiempo de la acción de sus obras será casi siempre diacrónico: la historia universal vista como un calidoscopio cuyo eje está dado por el contrapunto Europa-América, que es el ámbito épico en que se mueven unos prototipos históricos por lo general captados de principio a fin de sus vidas en un largo viaje desde o hacia la semilla. A la poética acuñada por él, basada en un desprejuiciado rastreo de las sorprendentes repercusiones del acontecer europeo en un Caribe plagado de mitos indios y africanos, la definió como "realismo maravilloso" en el prólogo a El reino de este mundo.

En El siglo de las luces esa poética real-maravillosa alcanza su máxima expresión literaria. Cuando, tras evasivas y dilaciones, su autor la vuelva a aplicar en La consagración de la primavera (1978), saltarán a la vista los remiendos y cortapisas impuestos por una venalidad política que lo lleva a hacer culminar el panorama de la historia universal del siglo XX en la escaramuza de Bahía de Cochinos. Y, significativamente, a justificar la represión:

"Al comenzar la batalla, se había hecho una necesaria redada de gente propicia a constituirse en Quinta Columna o realizar acciones de sabotaje. Amplia redada, pero acaso no todo lo amplia que hubiese debido ser —y en esto el Gobierno Revolucionario había dado muestras de gran moderación dentro del rigor que exigían las circunstancias..."

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