Lo peor de los dos |
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El Gobierno reconoce oficialmente lo que ya sabía todo el mundo: en Cuba circula la droga. |
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por ADOLFO FERNáNDEZ SAíNZ, La Habana |
Parte 1 / 2 |
Durante los más de 30 años que duró el patrocinio soviético de la economía cubana, el castrismo se dedicó a abordar el problema de la droga como un flagelo del sistema capitalista, de la sociedad de consumo, de la falsa moral burguesa. Como algo, en fin, ajeno a la nueva Cuba surgida tras el primero de enero de 1959. A quién iba a ocurrírsele en aquellos tiempos que una sociedad a prueba de vicios —un país de obreros y campesinos, un pueblo empeñado en el trabajo socialista, una ideología forjada en el enfrentamiento al enemigo imperialista y una juventud de acero— iba a tener que enfrentarse nuevamente a la lacra del consumo y tráfico de drogas, al escapismo y la búsqueda de dinero fácil.
En la Cuba de antes de 1959 sí había existido la droga, pero la revolución victoriosa la había erradicado. Los marihuaneros, los consumidores y traficantes de drogas, se habían ido toditos a los Estados Unidos, y de allí no volverían jamás. Fue lo que estuvieron diciendo las autoridades durante todos esos años, y después nunca se encargaron de desmentirlo.
Ahora el Gobierno cubano ha reconocido por fin, públicamente, en el Órgano Oficial del Partido Comunista, lo que aquí ya sabía todo el mundo desde hacía tiempo: que circula la droga. Aunque como siempre, el castrismo no asume la responsabilidad por los problemas del país. "Este problema afecta a todos los rincones del planeta. Es un problema de la humanidad", declara. Nadie lo niega, pero también es de Cuba. La droga es un problema social dondequiera que se presente.
Si este vicio había sido erradicado del todo, si el Gobierno tiene el monopolio de la enseñanza y todos los niños asisten a las escuelas del Estado, si el Estado-Partido totalitario controla todos los medios de información —prensa, radio y televisión—, incluido el acceso a Internet, y no hay pornografía ni enajenación capitalista ni explotación ni diferencia de clases, y si, además, en cada cuadra hay un comité de informantes que sabe en lo que anda cada cual, ¿de quién si no de las autoridades es la responsabilidad de que haya regresado la droga al país?
Esos vicios debían ser para los países burgueses, donde rige eso que se llama "libertad".
Tras 30 años de vivir en una urna, Cuba se abrió por primera vez al turismo occidental. Pero cuando un pueblo vive en la miseria y en la opresión, y carece de valores bien inculcados, al abrírsele la primera ventana al mundo pasa lo que se está viendo: prostitución, corrupción, droga, robo.

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