| Palabras cruzadas |
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| por RAúL RIVERO, La Habana |
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La carta me llegó al amanecer. Juan Carlos González Leyva, el abogado ciego, preso en una cárcel de Holguín, enviaba, con un propio, también unas cuartetas.
A media mañana, revisé la crónica cultural del día. Tenía en la memoria la lectura de la correspondencia del prisionero. Durante media hora estuve en este laberinto.
"Estoy débil por lo del ayuno y mi cerebro no quiere responder. Lo engaño con una cucharada de leche disuelta en agua porque no quiero dejar de contar mis horas amargas aquí".
Para Maximiliano Guerra, bailar en Cuba, incluso algo tan contemporáneo como Arms, es siempre el gran desafío de hacerlo en la tierra de Giselle.
"Dormíamos a retazos en un colchón de tallos de plátanos. Y para completar la tortura arrancaban un aparato que le llaman extractor de aire que hace más ruido que un ingenio azucarero".
Ya Nicole había muerto de locura y Joel Carreno seguía llorando mientras el telón se abría y cerraba bajo los intensos aplausos.
"Yo estaba machacado como una cabeza de ajo en un mortero, de la pateadura que me dieron en Ciego de Ávila. Estuve tres días durmiendo sentado y al mes todavía tenía dolores".
Una de las agradables sorpresas del reciente Festival Nacional de Teatro de Camagüey se localiza en la puesta en escena de Ramiro Herrero, a partir de Dos viejos pánicos, la obra de nuestro clásico Virgilio Piñera.
"Así estuve casi dos meses hasta que me enfermé de los nervios. La presión explotó después de 29 días ingiriendo pequeñas cantidades de líquido".
Cuando transitamos por el Camino de los Juglares siempre hallamos una trama, algo inesperado que no sólo está en el cuento, sino en el papel asumido por cada invitado.
"Verdad es que ya estoy físicamente débil, la fatiga me ataca, las rodillas se niegan a sostenerme. Ayer me pesaron y según ellos he perdido 18 libras. Pudieran ser más".
Un aplauso con mayúsculas vuelve a merecer el cuerpo de baile del BNC.
"Me preguntan qué tiempo estaré ayunando. Mi respuesta siempre es la misma: Dios es el único que sabe el día".
En esta XX edición, la instalación Tranca de Yoemir Alfonso, joven egresado de San Alejandro, recibió el primer premio.
"Estoy muy preocupado por la situación y condición de los presos cubanos. Me arrodillo y oro ante Dios porque hay cosas terribles que están ocurriendo detrás de esos muros".
Durante las jornadas se desarrollarán desfiles, expoventas, galas artísticas, actividades comunitarias y descargas mágicas.
"Me preocupan unas débiles campanaditas que siento con una frecuencia de dos o tres minutos en el oído izquierdo".
Los cuentos nunca son viejos porque la vida continua y siempre hay personas nuevas que los quieren conocer.
"La petición fiscal contiene una solicitud de ocho años por cinco delitos comunes. Sanción conjunta de seis años. Es decir, me llegó el ajuste de cuentas ya anunciado".
"Cada día al amanecer
un pitirre me despierta
queriendo arrancar la puerta
y sus barrotes de hiel".
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