Adán y Eva sin paraíso |
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Aunque se desconoce el número de uniones consensuales existentes, la Isla ostenta una de las mayores tasas de divorcio del planeta. |
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por HéCTOR MASEDA, La Habana |
Parte 1 / 2 |
Cuba es uno de los países de mayor tasa de divorcios del mundo. Las razones que inciden en ello son diversas, aunque las más importantes tienen su origen en problemas psico-sociológicos, demográficos y económicos. Las estadísticas nacionales sólo muestran una parte de la realidad cuando, ciertamente, se desconoce el número de uniones consensuales existentes y, en consecuencia, es parcial la información obtenida sobre el divorcio.
Los expertos consideran que, a partir del año 1987, por cada matrimonio registrado legalmente en la Isla se producen cuatro uniones de parejas que no entran a la notaría o el templo religioso. De ser cierto, las cifras manejadas revelarían, solamente, la parte visible del fenómeno. Por otro lado, más de la mitad de los divorcios se producen antes de los 5 años de unión o después de los 15. En 1999, la mayor cantidad de separaciones tuvo lugar entre parejas cuyas edades oscilaban entre los 25 y 29 años. También fueron significativas ese año las rupturas matrimoniales en personas muy jóvenes (15 a 19 años).
Los divorcios en Cuba |
Año |
Cantidad de divorcios |
1993 |
64.938 |
1998 |
39.798 |
1999 |
40.068 |
2000 |
37.937 |
Anuario Demográfico de Cuba |
Entre las causas más frecuentes que dan lugar a los divorcios está la obligada convivencia de parejas jóvenes con otros familiares debido a la escasez de viviendas. Una encuesta realizada por el Centro de Estudios de la Juventud a más de mil divorciados menores de 25 años demuestra que el 78,1% había convivido con padres, abuelos u otros parientes. Debe tenerse en cuenta que aproximadamente el 51% de la población cubana vive en núcleos familiares integrados por más de un matrimonio, según los estudios del Instituto Nacional de la Vivienda.
Otra causa que alimenta los divorcios reside en las discusiones permanentes dentro del seno familiar como consecuencia de la crisis socio-económica que atraviesa el país. En este sentido, el año 1993 tuvo la mayor tasa de divorcios, un reflejo de la etapa más difícil del llamado "Período Especial" (en que se alcanzó el mayor índice de desempleo a nivel nacional).
La Dra. Lourdes Fernández Rius, profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana, dice en entrevista concedida a la revista Bohemia (marzo de 2002): "...en los años del período especial, la pareja ha tenido una pérdida de opciones (...). Gran parte del tiempo se lo pasan los cónyuges en casa, hablando de lo poco que alcanza el salario, de la comida (...). En fin, se produce una hiperbolización de las estrategias para la supervivencia en el orden doméstico, afectándose tanto la comunicación como el contenido de este intercambio".
Ejemplos sobran. Es el caso de Leonel S., de 29 años de edad, recién graduado de Licenciatura en Cibernética-Matemática y residente en Ciudad de La Habana. "Cuando Carmen y yo nos casamos —apunta— fuimos a vivir con sus padres y abuelos. Reconozco que no estábamos preparados para el matrimonio, sólo veíamos su lado bueno. Al poco tiempo la convivencia se tornó difícil. Lo que hacíamos le molestaba a los demás miembros de la familia: los hábitos personales, la música que escuchábamos, los programas de TV que nos agradaban... La situación se complicó al nacer nuestra hija; los mayores se metían en todo y trataban de imponer su patrón de conducta. Mi esposa aceptó la situación. Yo no. Comenzaron entonces los problemas entre ella y yo, hasta que se produjo el divorcio a los cinco años de unión".
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