Jueves, 11 abril 2002 Año III. Edición 342 IMAGENES PORTADA
Sociedad
Escándalo estremece administración de Radio TV Martí

por IVETTE LEYVA MARTíNEZ, Miami Parte 1 / 3
Escándalo

Concebida como una plataforma estratégica de la administración de George W. Bush para implementar su nueva política hacia Cuba, Radio TV Martí ha terminado en el vórtice de una tormenta.

Acusaciones de tráfico de influencias y mala administración de fondos federales en la emisora, entre otras, acapararon los titulares de la prensa local de Miami el fin de semana, tras extensas investigaciones por separado de los diarios The Miami Herald y El Nuevo Herald, y la revista New Times.

El abogado Salvador Lew, quien dirige la Oficina de Trasmisiones hacia Cuba (OCB) —o sea, la emisora— desde julio del 2001, es el centro del escándalo.

De acuerdo con las investigaciones, Lew, de 73 años, ha llenado Radio Martí de sus amigos, a quienes paga elevados salarios, en detrimento de otros empleados, reduciendo y ajustando los programas de éstos para acomodar a sus colaboradores. También se le critica por presuntamente manipular de la cobertura noticiosa en función de sectores de extrema derecha del exilio cubano.

Por si fuera poco, Lew enfrenta cuatro acusaciones por discriminación sexual por parte de mujeres. Dos fueron reemplazadas de sus puestos por hombres que ellas alegan que están menos calificados, y en sus declaraciones juradas indicaron que han estado sujetas a comentarios discriminatorios.

"El [Lew] actúa como un alcalde en Cuba [antes de 1959]", opina Enrique Patterson, profesor e historiador, quien durante cinco años ha conducido allí un programa de sátira política.

Lew ha contratado un número sin precedentes de colaboradores, al menos 40, casi la misma cantidad que empleados fijos, con lo cual la cifra de colaboradores suma 125. La OCB tiene cerca de 200 empleados. Aunque para trabajar en la emisora —o sea, para el gobierno estadounidense, que la creó y la maneja— se requiere pasar una investigación de seguridad, los viejos empleados se quejan de que los nuevos contratados no han estado sujetos a los mismos controles rigurosos que ellos.

"Tuve que pasar varias investigaciones para obtener mi pase de entrada, mientras que esta gente la tiene en pocos días, y están usando las instalaciones del gobierno, los passwords de las computadoras, incluso ocupan todo el parqueo", dijo uno, que pidió no ser identificado, como la mayoría de los que hicieron declaraciones a la prensa.

Según una empleada de contabilidad de Radio Martí, Lew ya agotó el presupuesto del 2002, de 25 millones de dólares, y trabaja con fondos de emergencia, algo que él niega. "De momento, tenemos dinero", aseguró.

Entre los nuevos empleados de Lew se encuentran Antonio Rivera, quien antes había trabajado para la estación, y Lázaro Asencio, de 75 años, un amigo de la infancia quien cobra 80.000 dólares anuales, y dirige la orientación noticiosa de la emisora tras la partida de Roberto Rodríguez Tejera.

La mano derecha de Asencio es Agustín Alles, también de 75 años, un ex director de noticias de la emisora de 1991 hasta 1995, cuando fue transferido del cargo tras repetidas acusaciones de incompetencia, prejuicios y represalias.

Lew, con un salario de 132.000 dólares anuales, no niega las relaciones personales previas con sus nuevos empleados.

"Es lógico que yo conozca a algunos de ellos. Es lógico que uno contrata gente que uno sepa que son buenos", afirma Lew, un veterano de la radio local.

El director de la OCB justifica las nuevas contrataciones con la presunta falta de espíritu de trabajo y patriotismo de muchos de los antiguos empleados. "Ellos hacen su trabajo como periodistas, pero no hay amor por su patria", dijo. Además, afirma que era necesario incrementar la plantilla a fin de llevar a cabo su política de aumentar la cobertura noticiosa. Los antiguos empleados no han sido despedidos, afirmó.

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