| Cuba sí... ¿Internet no? |
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| Inaugurado el Centro para la Enseñanza de la Informática a la Disidencia Interna: una alternativa de urgencia para la naciente sociedad civil. |
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| por DIMAS CASTELLANOS, La Habana |
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Bajo el título Avances de la informatización en Cuba, el pasado marzo el diario oficialista Granma publicó un artículo del periodista Alexis Schlachter acerca de la Mesa Redonda Informativa sobre el desarrollo de la informática y la electrónica, transmitida por la televisión. El referido texto asegura que "prácticamente no hay sector de la sociedad cubana que esté fuera del acelerado proceso de informatización que vive actualmente nuestro país...".
Para demostrar su afirmación, Schalchter se remite a lo dicho por varios de los participantes en la Mesa Redonda. El ingeniero Francisco Hartmann informó que ya prácticamente existe comunicación vía correo electrónico entre los gobiernos locales, lo cual significa mayor rapidez y seguridad en la toma de decisiones. Asimismo, el doctor Carlos Mas Zabala se refirió a la digitalización de importantes archivos, la producción de multimedia, el impacto nacional e internacional de páginas web dedicadas a asuntos culturales, la creación en el llamado ciberespacio de páginas sobre personalidades de nuestra cultura, así como el proceso de automatización de la industria.
Dos días después de esta Mesa Redonda, el miércoles 13 de marzo, se inauguró en el municipio habanero de Playa el Centro para la Enseñanza de la Informática a la Disidencia Interna (CEIDI), primera institución de la sociedad civil emergente dedicada de forma autónoma a la enseñanza de la informática.
Las razones de la recién nacida institución fueron explicadas en la conferencia de prensa por su director, Jesús García Leiva, licenciado en Cibernética Matemática y con una experiencia de 13 años en el trabajo de investigación y más de 6 en la docencia de esta especialidad. El objetivo del CEIDI, según Leiva, es satisfacer las necesidades de instrucción de la disidencia interna en lo referente a las técnicas de computación. Para ese fin la estrenada institución posee un aula-laboratorio, una computadora personal de mesa con escasos recursos de hardware, y una pequeña biblioteca independiente, especializada en computación y telecomunicaciones.
La "informatización de la sociedad" —analizada en la Mesa Redonda— y el nacimiento del CEIDI constituyen esfuerzos de adaptación a la nueva realidad, desde el régimen y desde la sociedad civil respectivamente.
Claro, es incierta la afirmación de que prácticamente no hay sector de la sociedad fuera del proceso de informatización que vive la Isla. Se podría aseverar que no existe ningún sector estatal al margen de este proceso, pues los ejemplos citados por Schlachter —comunicación entre gobiernos locales, digitalización de arribos, producción de multimedias, etc.— se refieren sólo a la informatización oficial.
Cuatro décadas sin sociedad civil independiente han creado una ilusión nefasta en Cuba, pues el régimen —como conjunto de instituciones de poder— es el componente esencial de su sistema político. Ocurre que los Estados totalitarios, de izquierda o de derecha, acompañados de un partido único, en vez de constituir agencias en servicio de la sociedad, se atribuyen la regulación, el control y las funciones de ésta. Cuando esta situación perdura en el tiempo, la sociedad civil termina prisionera de la nefasta ilusión de que sólo existe el Estado-Partido.
El peligro que trae consigo este fenómeno ilusorio es que, al borrar la sociedad civil o anular su independencia, en la época del conocimiento y la informatización global, el progreso social se estanca y la nación queda amenazada de muerte. El surgimiento del CEIDI, sin permiso estatal, es la mejor prueba de la urgente necesidad de facilitar el acceso de los ciudadanos a las nuevas tecnologías.
Cuando la informatización marca las pautas del progreso global e imposibilita al hombre moderno vivir de espaldas a las novedades técnicas, se requiere de políticas encaminadas a la venta de ordenadores, la enseñanza de las técnicas y el acceso a las redes de información, cuya satisfacción tiene que ser enfrentada de forma compartida por el Estado y la sociedad. El acceso a Internet y a equipos baratos para todos constituye un problema ineludible que hay que afrontar desde la democracia, la pluralidad, la libertad y la participación social.
Con menos del 1% de la población accediendo a Internet, y desde el monopolio estatal absoluto, es imposible desafiar el reto de la informatización. Ojalá esta máxima se entienda definitivamente a tiempo, y el régimen permita la creación de centros para la enseñanza así como cuantas iniciativas broten de la ciudadanía de forma subsidiaria, haciendo realidad la ilusión de Alexis Schlachter y también de la Mesa Redonda Informativa sobre el desarrollo de la informática y la electrónica en la Isla.
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