| Escándalo estremece administración de Radio TV Martí |
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| por IVETTE LEYVA MARTíNEZ, Miami |
Parte 3 / 3 |
En La Habana, la jefa de la Oficina de Intereses de Estados Unidos, Vicky Huddleston, dijo: "A ellos [los disidentes] realmente no les gustan programas que reflejen sucesos prerrevolucionarios. Ellos dicen que eso es sólo nostalgia. [Radio Martí] debe ser diferente en tono y sustancia de Radio Mambí".
La inconformidad de sectores de la disidencia interna tiene que ver con las "recurrencias nostálgicas".
Tanto periodistas independientes como prominentes figuras del movimiento opositor se han quejado reiteradamente a reporteros en Miami por el reforzamiento retórico de la programación informativa, y por críticas acerbas lanzadas contra iniciativas puestas en marcha por la disidencia interna, como el llamado Proyecto Varela.
Lew, sin embargo, insiste en que durante los últimos seis meses la audiencia dentro de Cuba ha crecido vertiginosamente y asegura que, personalmente, es objeto de campañas por parte de enemigos de la causa de Cuba.
Los índices de audiencia mencionados por Lew provenían de sondeos realizados al azar por la prensa independiente, en contraste con otro resultado investigativo obtenido por el gobierno de Estados Unidos, el pasado agosto, y que mostraban un descenso alarmante de radioescuchas hasta el cinco por ciento.
"Es que quieren elevar la audiencia con temas que la gente no quiere oír dentro de Cuba", comentó un productor radial a quien la emisora rechazó una propuesta de programa musical por falta de presupuesto.
Por otra parte, semanas atrás habían circulado en Miami rumores de que los cambios operados en la programación habían sido tan efectivos que el régimen cubano había lanzado una campaña de difamación contra el personal directivo.
Curiosamente, la polea de transmisión de estos rumores hacia los medios de prensa en Miami parece haber sido el propio Lázaro Asencio, quien dijo a algunos reporteros locales tener confirmación de que Cuba "estaba sintiéndose la presión de Radio Martí" por vía de Juanita Castro, la hermana exiliada de Fidel Castro.
Juanita Castro es también una antigua amiga de Lew.
El zafarrancho de Radio TV Martí se produce en momentos cruciales para su futuro. La propuesta presupuestaria que tiene ante sí el Congreso para la OCB de cara al año fiscal 2003-2004 es de unos 26 millones de dólares (15.8 millones para las transmisiones radiales y 10.2 para la TV), pero con fuertes presiones para eliminar el gasto de la estación televisiva, que nunca ha podido llevar su imagen a la Isla.
En un momento donde fuertes corrientes dentro de la mayoría republicana son partidarios de eliminar el embargo comercial y normalizar las relaciones con Cuba, la permanencia de la TV Martí está seriamente en peligro.
Tampoco puede descartarse que el Congreso someta a revisión la conducta de Radio Martí, que salió al aire el 20 de mayo de 1985 y trasladó sus oficinas de Washington a Miami en 1997.
Legisladores y analistas advirtieron desde entonces que la mudada a Miami influiría en los contenidos de la programación informativa, convirtiéndola en una voz tendenciosa y cautiva de la comunidad de exiliados cubanos.
El debate sobre la OCB pudiera regresar al Congreso, sobre todo porque el presidente Bush ha fijado entre sus intereses el fortalecimiento de las transmisiones a Cuba, especialmente la señal de TV.
El fin de semana los congresistas William Delahunt, demócrata por Massachussets, y Jeff Flake, republicano por Arizona, visitaron la emisora y las impresiones que se llevaron no parecen muy favorables. Incluso, una fuente cercana al representante de Arizona relató a un reportero que la imagen que ambos legisladores se llevaron de Lew fue "de caos y desconocimiento de asuntos básicos".
"Desafortunadamente, lo que hemos estado oyendo de la gente con que hablé en Cuba de Radio Martí es que se han reducido las noticias, que todo es golpes contra Fidel [Castro], y que eso no les interesa", comentó Flake.
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