| La nueva izquierda |
|
| Latinoamérica, Brasil y las peculiaridades de un movimiento que comienza a modernizarse. |
 |
| por JORGE H. FONSECA, Sao Paulo |
Parte 1 / 4 |
El panorama latinoamericano actual, matizado por cambios políticos y económicos perceptibles, se debate entre los dos polos visibles más en boga: el polo liberal, aplicado tanto en la política como en la economía de una manera característica —conocida como neoliberalismo— por un lado, y el reciclaje de la izquierda de tendencia antiglobalizante —pero más pragmática en sus posiciones— conocida como la nueva izquierda, por otro. Fuera de estos dos polos bien definidos —y como un punto de dispersión— subsiste, fósil sobreviviente del pasado marxista leninista, el agonizante —pero peligroso e intervencionista— régimen de Fidel Castro.
El siglo se ha iniciado con la influencia nefasta de los atentados terrorista del 11-S, que ha afectado tanto la política como la economía a nivel global, acentuando conflictos regionales que en otro contexto hubieran sido resueltos sin mayores complicaciones. En América Latina, Argentina aguarda impaciente —en medio de una crisis social sin precedentes— por una inyección de recursos externos que mitiguen su depauperada situación. Mientras, Perú se debate en una recesión económica que ha corroído la popularidad de su flamante presidente, emergente de un largo conflicto populista encabezado por el semidictador Alberto Fujimori. Venezuela, país supuestamente rico por ser un importante productor de petróleo, eligió el camino de la confrontación interna de clases —línea abandonada por la nueva izquierda— llevando el país al caos social, político y, a pesar de su petróleo, económico: no escapa al observador atento la influencia perniciosa y belicista del gobernante cubano en el seno de un gobierno de militares populistas, inexpertos en asuntos políticos.
En este contexto, elecciones en Bolivia, donde un líder de discurso indigenista y orientación izquierdista fue ampliamente votado. Elecciones en Ecuador, que señalan, quién sabe, el camino de un gobierno de izquierda. Y elecciones en Brasil, donde el triunfo de esta última es un hecho trascendente por la importancia política y económica del gigante sudamericano. A este panorama hay que sumar la indefinición actual del largo conflicto armado en Colombia, que pudiera convertirse en una extensión de la guerra, transbordando las fronteras de sus vecinos. Estos hechos, sumados a la victoria prácticamente cierta de la izquierda del Frente Amplio de Tabares Vázquez en las próximas elecciones uruguayas, y el temor de una sorpresa de izquierda en las elecciones argentinas del año próximo, completan el inquietante panorama latinoamericano actual, en fuerte contraste con la estabilidad del socialismo a la europea de Chile.
Una pregunta es evidente en este complejo escenario: ¿como ha podido la izquierda reponerse después de la auto derrota sufrida con la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética? La respuesta, sin pretender simplificar el complejo fenómeno, estaría ligada al reciclaje ideológico sufrido por el movimiento, que definitivamente abandonó el marxismo leninismo y sus métodos, conformando en el medio latinoamericano otra izquierda con fuerte influencia de la socialdemocracia europea y que, en lo adelante, podrá ser influida por la prometida nueva política del candidato victorioso de las elecciones brasileñas, Luis Ignacio Lula da Silva, que llegó al poder moderando su discurso.
|
