| La nueva izquierda |
|
| Latinoamérica, Brasil y las peculiaridades de un movimiento que comienza a modernizarse. |
 |
| por JORGE H. FONSECA, Sao Paulo |
Parte 3 / 4 |
Sorprendentemente, el Primer Foro Social Mundial —también conocido como Foro de Porto Alegre o Foro anti Davos— se constituyó en un éxito total. Celebrado entre enero y febrero de 2001, en él participaron más de 5000 izquierdistas de todo el mundo. El evento fue palco de discusiones y debates entre los diferentes grupos antiglobalización, en un ambiente socialista que por primera vez no era controlado y/o dominado por los partidos comunistas.
Fidel Castro, sorprendido por el éxito de un evento latinoamericano de izquierdas sobre el que no había tenido ningún control, decidió citar ese año a una reunión del moribundo Foro de Sao Paulo en La Habana. A él asistieron guerrilleros en activo y en retiro, algunos representantes menores y Luis Ignacio Lula da Silva en representación del PT brasileño. El objetivo del gobernante era tratar de someter a su comando la organización del Foro de Porto Alegre; la falta de dinero para la financiación de actividades aparentemente fue la causa de la frustración de sus pretensiones, y la reunión del Foro de Sao Paulo cerró sus actividades sin que el autócrata cubano hubiera conseguido sus objetivos.
Castro se vio precisado entonces a convocar una reunión de los partidos comunistas de América Latina, sus fieles seguidores. Se celebró una semana antes del segundo Foro de Porto Alegre —a finales de enero de 2002 en Montevideo, Uruguay— con el objetivo de montar un frente coordinado con este último, que se le escapaba de las manos. De esta manera, el segundo Foro Social Mundial estuvo marcado por el intento comunista de controlar sus actividades, frustrado cuando el Comité Organizador decidió no convidar a Fidel Castro y retirar la invitación a las organizaciones guerrilleras y beligerantes. El Foro fue un total éxito, con la participación de más de 30.000 asistentes y la presencia de los principales líderes de la nueva y ecléctica izquierda mundial, totalmente dispersa y caótica, llevada más por un acusado sentimiento de oposición que por la ideología comunista.
En este contexto es que Lula da Silva gana las elecciones presidenciales brasileñas; en medio de un debate sobre el cambio de su anterior discurso. Lo que lleva a la siguiente pregunta: ¿Cuál de las anteriores ideologías acompañará a Lula en el poder, la del fundador del Foro de Sao Paulo y amigo de Fidel Castro o la del nuevo Lula presentado ante los electores brasileños y que juró intenciones democráticas?
Pregunta difícil de responder. Si se tienen en cuenta la trayectoria tanto del PT como del nuevo presidente brasileño, aparentemente ambos han madurado en sus posiciones y moderado su discurso radical a partir de los contactos de la cúpula del partido —y del propio Lula— con el socialismo europeo, específicamente con el Partido Socialista Francés y el ex primer ministro de ese país, Lionel Jospin. Lula visitó Francia durante la campaña electoral gala y subió a la tribuna para apoyar a Jospin.
Por otro lado, los principales acuerdos tomados en la última reunión del Foro de Sao Paulo a la que se ha hecho referencia —y a la que Lula asistió en representación del PT—, se relacionaban con el apoyo y la ejecución de un plebiscito contra el ALCA promovido por La Habana, del cual el PT, simplemente, se desligó sin explicaciones (tanto de la campaña como del plebiscito, lo que fue criticado por la izquierda extremista brasileña).
|
