Martes, 05 noviembre 2002 Año III. Edición 487 IMAGENES PORTADA
Opinión
Una obsesión de apellido Martínez

El diputado del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en el Parlamento Europeo no quiere que La Habana 'se haga el haraquiri'.
por MICHEL SUáREZ, Valencia Parte 1 / 2
Eurodiputado Miguel Ángel Martínez Martínez

Miguel Ángel Martínez pudiera parecer un nombre nuevo y común en el concierto noticioso de las últimas semanas, pero no es así. El diputado del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en el Parlamento Europeo —cuyas declaraciones negativas sobre el otorgamiento del Premio Sajarov al disidente cubano Oswaldo Payá han encendido polémicas— es un viejo celestino de La Habana desde el sector más favorable a Castro en la izquierda mundial.

El eurodiputado, de 62 años y víctima del exilio durante la dictadura franquista, declaraba a las agencias de noticias que en su opinión "había infinidad de candidatos más merecedores del galardón y menos sujetos a controversia que el premiado, o los miles de luchadores que arriesgan su vida todos los días por la defensa de los derechos humanos en América Latina". Es evidente que, para Martínez, disentir políticamente en Cuba es un juego de niños cuyas únicas consecuencias están en la imaginación de los opositores.

Desde su asiento en la Cámara, ha insistido suficientemente en la "necesidad de cambiar la posición común" de la Unión Europea con respecto al progreso de los derechos humanos en la Isla. Sus intervenciones y preguntas a la presidencia han circulado siempre en torno a un tema recurrente: el acceso sin condiciones de Cuba al Acuerdo de Cotonou y la "urgente" prioridad de tratar al país caribeño de igual manera que al resto de los miembros de ACP.

Este mismo año, en una conferencia en la sede de la Agrupación Socialista de Pozuelo de Alarcón (Madrid) sobre las relaciones entre la Unión Europea y Cuba, el señor Martínez expresaba que las condiciones previas exigidas para el diálogo y la cooperación con Cuba "suponen prácticamente que el régimen cubano se haga el haraquiri. Eso es lo que significan las exigencias de apertura, pluralismo, elecciones libres, apelaciones a los derechos humanos..." Huelgan los comentarios.

En la citada conferencia, exponía con cierto cinismo su esfuerzo para tratar que "los Estados miembros de la Unión no sigan sin más a los Estados Unidos en su condena a Cuba [en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU], cuando no se trata a este país con el mismo criterio que a otros tantos". Declaraba, además, que no se consideraba con "autoridad moral ni política para desear ni para aconsejar a los cubanos —y menos para pedirles— que desmonten sus sistema político y social".

Para el parlamentario socialista, "los amigos cubanos están convencidos de que la transformación política que se les pide —que se les exige por algunos— supondría automáticamente la destrucción de su sistema social y de los avances, los logros y las conquistas que se han convertido en rasgos diferenciadores de Cuba respecto de casi cualquier otro país del Tercer Mundo".

Salto a cont. Siguiente: Curiosamente... »
1   Inicio
2   Curiosamente...

Imprimir Imprimir Enviar Enviar

En esta sección

La nueva izquierda
JORGE H. FONSECA, Sao Paulo
La izquierda incorregible
ORLANDO FONDEVILA, Madrid
La nación y sus derechos
BYRON MIGUEL, Miami
Empezar de cero
MANUEL CUESTA MORúA, La Habana
La nueva hegemonía
ALEJANDRO ARMENGOL, Miami
¿Elecciones de qué?
LEONARDO CALVO CáRDENAS, La Habana
NOTICIERO
SOCIEDAD
ECONOMÍA
CULTURA
INTERNACIONAL
DEPORTE
MÚSICA
OPINIÓN
DESDE...
ENLACES
Chat
ENTREVISTA
Cartas
BUSCADOR
Galeria
Mini
EDICIONES
» Actual
« Anterior
» Siguiente
Seleccionar
D:  
M:  
A:  
   
Al bate
 
 
PORTADA ACTUAL NOSOTROS CONTACTO DERECHOS SUBIR
 
© 1996-2003 Asoc. Encuentro de la Cultura Cubana.