Miércoles, 31 julio 2002 Año III. Edición 421 IMAGENES PORTADA
Opinión
Irrevocable... ¿y qué?

Una hipótesis sobre la transición en Cuba: Los que hoy aplauden desde la tribuna, mañana pueden ser los promotores del cambio.
por MIGUEL RIVERO, Lisboa Parte 1 / 2
Mitin
Mitin en La Habana. Socialismo irrevocable... de labios
para afuera

Paradójicamente, ahora que el socialismo es "irrevocable" en Cuba puede analizarse más de cerca el período de transición que sobrevendrá tras la desaparición física de Fidel Castro. La posibilidad de que en la Isla se produzca un cambio gradual y pacífico hacia un sistema multipartidista y democrático está subordinada en estos momentos a dos premisas fundamentales:

1- Que Fidel Castro mantenga la oratoria belicista y amenazante contra el Gobierno del presidente George W. Bush, pero sin pasar a actos que puedan provocar represalias por medio de las armas. Nada más trágico para Cuba que alguna provocación del régimen de La Habana pueda dar lugar, por ejemplo, a los llamados bombardeos quirúrgicos, u otro tipo de acciones militares norteamericanas.

2- Que los sectores más agresivos de la administración Bush no se dejen provocar por la oratoria belicista de Castro. O lo que es lo mismo, que reaccionen como hasta ahora, de manera pragmática y proporcional.

La más que probable transición en Cuba, a corto o mediano plazo, está también subordinada a dos acontecimientos cruciales:

1- Si por razones biológicas, de edad, se produce primero la desaparición física de Fidel Castro y, tal y como debe ocurrir, lo sustituye su hermano, Raúl Castro.

2- Si ocurre lo contrario, como ya sucedió en China, donde primero se produjo la muerte de Chou-En-Lai (el natural sucesor) y unos meses después murió el Gran Timonel, el presidente Mao-Zedong.

Suscribo la tesis de que, si Raúl Castro es el sucesor, primero se pasará por un período de cierta concentración militar del poder, aunque el general comparta el mando con otras figuras de la nomenclatura civil. Después, paulatinamente, se irán produciendo los cambios, de forma gradual y organizada.

Hasta para el Gobierno de Washington resulta conveniente que tras la desaparición de Fidel Castro no se produzca en la Isla un vacío de poder, o un cambio súbito, para el cual la envilecida sociedad cubana no está mínimamente preparada. Se produciría el caos y la anarquía, en fin, una explosión social incontrolable. Aunque a muchos pueda parecerle una herejía, Raúl Castro sería el elemento fundamental para que se desencadene una transición pacífica, después de la muerte de su hermano.

Enumeraré algunas razones para este optimismo, que algunos pueden calificar de exagerado.

Raúl Castro controla los mecanismos de los ministerios del Interior y de las Fuerzas Armadas. Ya muchos de los cuadros superiores de esos organismos están debidamente colocados en las áreas de las empresas mixtas o las corporaciones que serán las entidades que favorecerán el tránsito hacia una economía de mercado.

Se trata de una persona pragmática, que en muchas ocasiones ha sabido rodearse de funcionarios inteligentes y diligentes. No cultiva tanto como su hermano la subordinación ciega. Está más abierto a recibir opiniones y adoptar medidas prácticas, como demostró, por ejemplo, cuando asumió públicamente que era necesario abrir de nuevo los mercados libres campesinos, medida mil veces vilipendiada por Fidel Castro.

La hija rebelde de Fidel Castro, Alina Fernández, califica a su tío Raúl de persona humana, que se preocupa por reunir a los primos y hermanos en un ambiente familiar. El desapego afectivo del Comandante en Jefe fue magistralmente definido por el escritor norteamericano Tad Szulc, en la biografía que le dedicó: "Es un hombre apasionado, pero que no siente ni cariño ni ternura. Vive al margen de todos los problemas humanos, excepto los suyos". Este autismo es el rasgo más peligroso del presidente cubano.

Salto a cont. Siguiente: Se refiere... »
1   Inicio
2   Se refiere...

Imprimir Imprimir Enviar Enviar

En esta sección

Cuba, noche y oscuridad
EMILIO ICHIKAWA MORIN, Nueva York
Vilma o la esperanza
ARMANDO AñEL, Madrid
La estrategia de las manzanas
JORGE A. POMAR, Colonia
Embargo y derechos humanos: de un pájaro sus dos alas
EZEQUIEL PéREZ MARTíN, Miami
La prisión de la unanimidad
LEONARDO CALVO CáRDENAS, La Habana
¿De Groucho o de Karl?
EMILIO ICHIKAWA MORIN, Nueva York
NOTICIERO
SOCIEDAD
ECONOMÍA
CULTURA
INTERNACIONAL
DEPORTE
MÚSICA
OPINIÓN
DESDE...
ENLACES
Chat
ENTREVISTA
Cartas
BUSCADOR
Galeria
Mini
EDICIONES
» Actual
« Anterior
» Siguiente
Seleccionar
D:  
M:  
A:  
   
Moscas
 
 
PORTADA ACTUAL NOSOTROS CONTACTO DERECHOS SUBIR
 
© 1996-2003 Asoc. Encuentro de la Cultura Cubana.