Viernes, 21 junio 2002 Año III. Edición 393 IMAGENES PORTADA
Opinión
Choteo o viceversa

En torno a la indignación de Pérez, los cubanos, el humor y la tolerancia.
por ENRISCO, New Jersey Parte 1 / 3
Arroyito
Gerardo Machado (Arroyito)

Por esta vez hablaré en serio. El motivo de la excepción es una carta dirigida por un lector indignado a Encuentro en la Red con motivo de mi último artículo aparecido en esta publicación. Quiero aclarar desde el principio que no me interesa defender el artículo al que alude Amaury Pérez, tal es el nombre del indignado lector. Pienso que un texto que no sea capaz de defenderse por sí mismo, como un boxeador que se sube al cuadrilátero, no merece que se interceda por él, y si logra hacerlo, entonces toda intervención resulta innecesaria. Si Amaury Pérez fuese simplemente un lector con un sentido del humor incompatible con el mío cualquier discusión sobre el tema saldría sobrando. Pero si me detengo a analizar dicha carta es porque la juzgo representativa de lo que considero un mal de fondo de una parte de la cultura artística y política cubanas, mal de fondo que afecta ya no sólo el ejercicio del humor en cualquier modalidad, sino el propio ejercicio de la libertad a secas.

El propio Pérez advierte que un artículo como el mío no sólo contradice la condición de la publicación como "marco digno de tolerancia", sino que al parecer pone en peligro "la sociedad plural que queremos los cubanos dignos y honestos para nuestra Isla". Así que, para que no se responsabilice a mi artículo de ser el principal obstáculo para la existencia de una democracia en Cuba, me veo obligado a escribir estas líneas. Procedamos entonces antes de que carguen a mi cuenta, o a la de Encuentro en la Red, la próxima dictadura cubana.

La indignación de Pérez se concentra en dos puntos: 1) el que yo me haya atrevido a considerarme colega del excelente escritor y humorista Ramón Fernández Larrea. 2) el que le haya faltado el respeto alevosamente al respetable grupo musical Orishas. Sobre el primer punto, que cae más en el tema de los gustos personales, me referiré al final, si hay tiempo. El segundo es justamente el que motiva este texto y a él me dedicaré de lleno. Para poner en antecedentes al lector, en mi artículo Retos al pensamiento contemporáneo me burlaba sin mucho recato de "las opiniones" vertidas por dos integrantes del grupo Orishas en una entrevista también aparecida en Encuentro en la Red (en realidad también me burlé del nombre de uno de ellos, Yotuel, pero en ese caso existen prestigiosos antecedentes nacionales: el colega escritor José Martí, en su diario de campaña, se burla de la cabeza de un mambí justo cuando se entera de que se ha pasado al bando enemigo. "Jaragua, cabeza cónica", lo llama). Las opiniones de los integrantes de Orishas iban desde proclamarse procastristas hasta sugerir que el fin del castrismo traería inevitablemente horrores del pasado como barberías exclusivas sólo para blancos, pasando por la consideración de que Fidel Castro y su régimen son ajenos a la censura artística que en Cuba afecta incluso a los privilegiados Orishas, que se precian de haber comido con el dictador más antiguo del planeta.

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