Lunes, 17 junio 2002 Año III. Edición 389 IMAGENES PORTADA
Opinión
¿Cuándo nace la República?

El 20 de mayo de 1902, con la Constitución de 1901, la Isla debutaba como país independiente y legalmente reconocido.
por DIMAS CASTELLANOS, La Habana  

El 20 de mayo de 1902 la bandera cubana comenzó a flotar en el Castillo de los Tres Reyes del Morro no en sustitución de la enseña española, sino de la norteamericana. El histórico acontecimiento no resultó sólo —como era deseado— de los esfuerzos y la sangre derramada por los mambises, sino, conjuntamente, de la entrada en la guerra del ejército estadounidense.

La historia, con independencia de las subjetividades, es lo que ocurre, y eso fue lo que ocurrió. El controvertido hecho ha generado múltiples polémicas, enjuiciamientos y calificativos tanto para la República como para los hombres que contando sólo con su dignidad y capacidad redactaron la Constitución de 1901 en condiciones de ocupación militar. El 20 de mayo de 1902 es, quiérase o no, el día del advenimiento de nuestra República.

A los esfuerzos por descalificarla se unen ahora los intentos por desconocerla. En esta última dirección se inscribe la entrevista realizada al historiador Rolando Rodríguez por el periodista Pedro A. García, publicada en el diario oficialista Granma el martes 7 de mayo, bajo el título La República nació en Guáimaro.

En opinión del historiador, no puede recordarse el 20 de mayo como día del surgimiento de la República, porque ella "...comienza en Guáimaro, el 10 de abril de 1869". La afirmación confunde proceso y resultado. Guáimaro, sin dudas, es parte del proceso de conformación de la República, en el cual participan otros momentos de la historia. Podría calificarse como el punto de partida. Pero otra cosa es el momento en que ese proceso, como posibilidad, deviene realidad, punto de llegada; el momento no es otro que el 20 de mayo de 1902. Guáimaro es la parte, la República el todo. Los 33 años que los separan marcan importantes diferencias. Las fuerzas participantes en su elaboración, la representatividad de esas fuerzas, el territorio que abarcan y los conceptos de modernidad son sencillamente otros. Ello no resta un ápice el valor de la Constitución de 1869, pero se trata de cosas diferentes. Fue el 20 de mayo de 1902, con la Constitución de 1901, que la Isla debutó, a pesar de las limitaciones impuestas, como país independiente y legalmente reconocido en el concierto de naciones.

"La nación en proceso de cuajar —continúa Rolando Rodríguez—, está reventando en su brote. Para buscar la solución a esa necesidad de plasmarse plenamente, estalla la Revolución del 68, cuya expresión es la lucha armada, la guerra".

Si aceptamos que las naciones resultan de largos y complejos procesos en los cuales las comunidades de origen diferente adquieren conciencia de pertenencia e identidad común, y que en la Isla es imposible hablar de nación sin la integración del negro, entonces tenemos que aceptar que en 1869 ese proceso estaba muy lejos cuajar. Es cierto que la transculturación había convertido a blancos peninsulares y a negros africanos en criollos y en cubanos, pero no era suficiente. Baste recordar la enorme diferencia económica, política y social existente entre negros y blancos para comprender lo lejos que estábamos de ser nación. Los negros que fueron a la guerra con José Martí y se convirtieron en héroes, llegaron a la República como lo habían sido antes, como "negros". La agenda de igualdad y justicia social por la que lucharon continuó sin solución. No fueron representados por ninguno de los partidos tradicionales, y los intentos de crear partidos independientes culminaron en la más horrible masacre. Si en la República la nación estaba lejos de cuajar es inconcebible hablar de ella en 1869, cuando la esclavitud estalla en pleno apogeo y no existe la identidad negriblanca.

El estallido revolucionario del 68 no se puede explicar entonces por la "búsqueda de la nación", sino por la insostenible situación económica de una parte de los hacendados criollos a causa de la torpe y abusiva política metropolitana, y por las insoportables condiciones de vida a la que estaban sometidos cientos de miles de africanos traídos a la Isla como meros instrumentos de trabajo. Esa coincidencia de intereses entre negros y blancos se expresó en la Guerra de los 10 Años, en la cual unos buscaban la independencia, otros la abolición de la esclavitud y todos la libertad y la igualdad de participación.

"En Guáimaro —nos dice Rolando Rodríguez— se conforma la República con todos sus problemas e imperfecciones, pero es ahí donde está el origen de la República cubana". El origen es una cosa y la República conformada, otra. En Guáimaro están los gérmenes, pero el advenimiento, a pesar de nuestros deseos, está en 1902.

En lugar de trocar fechas sería más beneficioso para todos los cubanos perfeccionar la actual República, para que la soberanía radique en sus ciudadanos y éstos puedan participar libremente en las decisiones de su país y elegir periódicamente a sus gobernantes, dos de las aspiraciones de la República de Guáimaro aún pendientes de realización.


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