| ¿Por qué molesta ENCUENTRO? |
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| A la revista la distinguen dos virtudes que irritan particularmente a La Habana oficial: su pluralidad y su autonomía |
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| por RAFAEL ROJAS |
Parte 1 / 2 |
A cinco años de la aparición de Encuentro de la cultura cubana los ataques de La Habana oficial contra la revista ya juntan un expediente que vale la pena archivar. El principal reproche, salpicado de ofensas y calumnias contra algunos editores y, en especial, contra su director, Jesús Díaz, es que la publicación, concebida como un espacio de diálogo entre intelectuales cubanos de todas las inclinaciones políticas y residentes en cualquier ciudad del planeta, ha torcido el rumbo, convirtiéndose en una caja de resonancia de la "derecha cubanoamericana" y del exilio de Miami. En el discurso más rabiosamente castrista, esta acusación casi siempre aparece acompañada de insinuaciones sobre un misterioso financiamiento de Encuentro desde los Estados Unidos que quisiera difundir la inverosímil especie de que la revista está pagada por la Fundación Nacional Cubano-Americana, el Departamento de Estado o la mismísima CIA.
¿Cuáles son las pruebas de esa supuesta "derechización" de Encuentro? ¿El dossier dedicado a la literatura de Miami? Absurdo, ya que casi todos los escritores y artistas que intervienen en ese número, aunque viven en Miami, rechazan la inscripción en una "derecha", si es que por ésta se entiende al pequeño grupo de intelectuales, cercano a la FNCA, que todavía cultiva la vieja retórica del exilio tradicional. ¿El número sobre la cultura cubana en Estados Unidos? Imposible: sus colaboradores fueron académicos cubano-americanos, más críticos de la "intolerancia de Miami" que del totalitarismo de La Habana, que mantienen, en algunos casos, excelentes relaciones con la oficialidad cubana, a la cual extienden invitaciones regulares –para visitar las "universidades del imperio"– que se disputan a muerte los cuatro o cinco voceros dilectos del régimen.
¿Acaso son signos de "derechización" las colaboraciones de algunos reconocidos intelectuales, como Carlos Alberto Montaner, Enrico Mario Santí, Vicente Echerri o Jaime Suchlicki, quienes a veces rozan argumentos de una derecha sutil y democrática, a la norteamericana o a la europea? Falso. Aunque no estoy muy seguro de que estos autores acepten tal denominación, una derecha civilizada y flexible es una posición imprescindible de cualquier debate nacional que se respete. Pero resulta que en Encuentro esas voces aparecen junto a otras claramente ubicadas en la izquierda, lo mismo en Miami o Estados Unidos (Jorge Domínguez, Max Castro, Marifeli Pérez Stable...), que en Europa (Iván de la Nuez, César Mora, Elizabeth Burgos...), que en América Latina (Sergio Ramírez, Carlos Monsiváis, Jorge Castañeda, Juan Villoro...), que en Cuba (Guillermo Rodríguez Rivera, Gerardo Mosquera, Pedro Monreal, Raúl Rivero...). Consciente de que la cultura cubana es una, aunque globalmente diseminada, Encuentro ha rendido homenaje a clásicos que han vivido en Madrid (Gastón Baquero), en París (José Triana), en México (Eliseo Diego), en Miami (Nicolás Quintana, Manuel Moreno Fraginals...) y en la Habana (Virgilio Piñera, Antón Arrufat, César López...).
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