AFP/ Miami. Dos cubanos residentes en el sur de Florida fueron condenados la víspera a prisión por traer a inmigrantes ilegales de contrabando de Cuba a Miami en un viaje que costó la vida a seis personas.

A pesar de que según las leyes podrían haber sido condenados hasta la pena de muerte, las sentencias se limitaron a tan sólo meses de prisión.

Las leves sentencias se debieron en parte a que se declararon culpables de los cargos y a que según la jueza federal Shelby Highsmith, "aquellos que abordaron la nave no eran víctimas" sino que "participaban con conocimiento y también eran responsables por haber sobrecargado la lancha".

Osvaldo Fernández Marrero, que perdió a su esposa y a sus dos hijas en el cruce ilegal, fue sentenciado a 54 meses (dos años y nueve meses) de prisión. Roberto Montero Domínguez recibió una condena de nueve meses.

Fernández dijo a la jueza que estaba arrepentido y desesperado, un día antes del primer aniversario de la muerte de sus familiares.

Su esposa reiteradamente le pedía por teléfono que ayudara a salir al resto de la familia de Cuba.

"El destino me ha jugado una mala pasada", señaló durante el juicio.

"Todas mis esperanzas y todos mis planes y toda la belleza de ellos ahora han quedado sepultados en las obscuras aguas del océano", agregó.

El incidente ocurrió en agosto de 2001, cuando 26 cubanos abordaron una barca de 27 pies de eslora para llegar ilegalmente a Estados Unidos tras pagar dinero a los contrabandistas. El navío naufragó unos 32 kilómetros al sureste de Cayo Hueso.

"Nuestra oficina está comprometida a detener y llevar a prisión a los que imprudentemente ponen en peligro las vidas inocentes para obtener dinero. Lo que ocurrió en este caso es una tragedia que debemos evitar que ocurra de nuevo", dijo a la prensa Guy A. Lewis, fiscal estatal del sur de Florida.

Según las autoridades norteamericanas, 31 personas han sido acusadas desde el pasado mes de enero por su presunta participación en el contrabando humano entre la Isla y Estados Unidos.

Los sobrevivientes a la tragedia dijeron que se les había cobrado 8.000 dólares a cada uno por la travesía, dinero que fue pagado por sus familiares en Miami.

Los acusados se negaron a proporcionar los nombres de las personas que les contrataron.

Estados Unidos tiene una política migratoria hacia los cubanos, llamada de "pies secos, pies mojados", según la cual los inmigrantes localizados en el mar son devueltos a la Isla, pero los que llegan a tierra norteamericana obtienen generalmente la residencia.

En 2001, 2.400 balseros cubanos lograron llegar a tierra firme en Florida y más de 750 lo hicieron desde el 1 de octubre pasado, inicio del año fiscal en curso.

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