| Cadena perpetua para otro espía de la Red Avispa |
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| por IVETTE LEYVA MARTíNEZ |
Parte 1 / 2 |
Ramón Labañino, un espía de la Red Avispa del régimen cubano, fue condenado el jueves a cadena perpetua en un tribunal de Miami por conspirar para cometer espionaje.
Labañino, de 38 años, es el segundo integrante de la red cubana condenado a pasar el resto de sus días en una cárcel estadounidense. El miércoles, Gerardo Hernández, presunto cabecilla del grupo, había recibido la misma pena por partida doble: dos sentencias de cadena perpetua por conspirar para cometer espionaje y por conspirar para cometer asesinato, por el derribo de los aviones de Hermanos al Rescate, en 1996, en el que murieron cuatro personas.
El jueves, antes de escuchar la sentencia, Labañino repitió el mismo discurso pronunciado por Hernández un día antes: dijo que Cuba "tiene derecho a defenderse de ataques terroristas", y acusó a las autoridades estadounidenses de "encubrir" al sector de extrema derecha del exilio anticastrista en Miami, que según él, representa una amenaza terrorista para Cuba.
"Si algo me ha asombrado en este juicio fue los esfuerzos de la fiscalía en representar a ese sector [los exiliados] a toda costa. Para nosotros, los fiscales no representan a Estados Unidos", aseveró un arrogante Labañino durante una declaración politizada y evidentemente dirigida a alimentar el molino de la propaganda castrista.
"Llevaré el uniforme de recluso con el mismo orgullo y honor que un soldado lleva sus más preciadas medallas", concluyó.
La fiscalía retomó el discurso de Labañino para reforzar su propuesta de máxima sentencia.
"Hemos visto que el acusado no se ha arrepentido de nada", dijo la fiscal asistente Caroline Heck-Miller. "Él [Labañino] repitió aquí que vino a servir a su país y que eso es lo único que le interesa".
De acuerdo con la fiscalía, Labañino, sustituto de Hernández en su ausencia, ordenó a otros agentes infiltrar el Comando Sur del Pentágono, que radica en Miami, y supervisar una misión contra influyentes políticos cubanoamericanos. Desde 1992 operaba en Tampa, y suministraba información sobre la Base Aérea McDill a los servicios de inteligencia cubanos. Después se le ordenó trasladarse a Miami, con vistas a las operaciones de infiltración del Comando Sur.
En junio, un tribunal de Miami que no tuvo entre sus integrantes a ningún miembro de la comunidad cubanoamericana, encontró culpables de las 23 acusaciones que se les imputaban a Labañino, Hernández y otros tres integrantes de la Red Avispa que recibirán sus respectivas sentencias en los próximos días.
"No hay excepciones en la ley" que permitan conspirar para cometer espionaje "por una buena causa", dijo entonces uno de los jurados, David G. Burker, al concluir el proceso judicial.
El hecho de que las acusaciones fueran de "conspiración para cometer espionaje" y no "espionaje" derrotaban los argumentos de los abogados defensores de que los hombres no pudieron recabar información dañina para Estados Unidos, pues el solo intento de realizar actividades de espionaje bastaba para condenar a los acusados, explicó Burker.
Además de la acusación que le valió la cadena perpetua, Labañino fue hallado culpable de los delitos siguientes:
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