Demandan a régimen cubano por fusilamiento de un estadounidense |
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por IVETTE LEYVA MARTíNEZ |
Parte 1 / 2 |
La periodista Bonnie Anderson no ha podido olvidar el día en que tuvo de frente a Fidel Castro y le miró fijamente a los ojos. Una sensación de asco, rabia e impotencia la estremeció de pies a cabeza.
"Sentí que estaba mirándole a los ojos al hombre que mató a mi padre", recordó Anderson, quien acumula un vasto desempeño como reportera de The Miami Herald, NBC y otros medios nacionales.
La anécdota se remonta a 1978, fecha que marcó el polémico diálogo entre el régimen cubano y sectores del exilio. Anderson, entonces de 23 años, había ido a cubrir periodísticamente los acontecimientos y aprovechó la ocasión para visitar la presunta tumba de su padre en la provincia de Pinar del Río.
Howard F. Anderson había sido fusilado el 19 de abril de 1961 tras un juicio sumario de triste memoria. Bonnie es la única de los Anderson que ha regresado al lugar donde la apacible vida familiar se trocó repentinamente en tragedia.
Al término de aquella visita, luego de una conferencia de prensa que concluyó en plena madrugada, Castro se aproximó a ella. Trató de hacerle un chiste sobre el acento colombiano de su español. Luego le preguntó por sus hermanos y por su madre.
"Ella está sobreviviendo" —le respondió secamente la reportera.
Cuarenta años después de la muerte de Howard F. Anderson, el primer ciudadano estadounidense ejecutado tras la llegada de Castro al poder, sus familiares continúan buscando justicia y el pasado viernes presentaron una demanda civil por homicidio culposo contra el Gobierno de Cuba.
La viuda Dorothy Anderson McCarthy, de 79 años, y sus cuatro hijos, comparecieron ante un tribunal de Miami para presentar la demanda, que busca compensación monetaria bajo la ley antiterrorista de 1996. Esa legislación permite a los ciudadanos de Estados Unidos solicitar indemnizaciones de fondos de gobiernos extranjeros que les hayan causado perjuicios por actos de tortura o muerte.
Cuba está en la lista de estados terroristas del Departamento de Estado junto a otros seis países de Africa y Medio Oriente.
El objetivo de la demanda: las cuentas bancarias que el Estado cubano —y no el gobierno de Fidel Castro— tiene congeladas en Estados Unidos.
"Mis heridas han permanecido abiertas por todo este tiempo. Ha llegado el momento de transparencia y justicia para mis hijos y para mí", declaró Dorothy, quien vive en Pompano Beach, en el sur de la Florida.
Su esposo fue fusilado a la edad de 41 años, acusado de conspirar contra el régimen de Castro.
Las raíces de los Anderson en Cuba se extienden a 1915, cuando se asentaron allí los padres de Dorothy Stauber. Durante la II Guerra Mundial, Howard estuvo estacionado en La Habana como miembro de la Marina de Estados Unidos y así fue que conoció a Dorothy. Decidieron casarse poco después.
El matrimonio se trasladó a La Habana en 1947 y Howard Anderson se convirtió en un exitoso empresario, propietario de estaciones de gasolina y fábricas, y distribuidor de la compañía automotriz Jeep. La última vivienda de la familia fue en el reparto Biltmore.
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