Granjeros de EE UU se reúnen con Castro y abogan por eliminar trabas comerciales |
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AFP/ La Habana. Una delegación de la Federación de Granjeros de Estados Unidos, que agrupa a 5,2 millones de productores, se reunió con Fidel Castro y abogó por eliminar el embargo de Washington a Cuba y normalizar las relaciones comerciales entre los dos países.
"Hemos cumplido una misión de varios objetivos: evaluar la producción agropecuaria cubana, reunirnos con funcionarios del gobierno y continuar con las ventas de nuestros productos" a la Isla, afirmó el presidente de la Federación, Bob Stallman, el viernes, al comentar los resultados de la gira realizada por los agricultores.
Stallman señaló que la misión que le fue encomendada por los asociados "fue todo un éxito" y reveló que la federación granjera estadounidense "continuará realizando esfuerzos para abrir las relaciones con Cuba y eliminar el embargo" de hace más de cuatro décadas.
"Daremos un paso tras otro para lograr mejores vínculos entre nuestro país y Cuba, que se liberalicen los viajes de estadounidenses a la Isla y que se ponga fin a las trabas comerciales", sostuvo Stallman en una conferencia de prensa.
El dirigente gremial descartó que el fortalecimiento del Partido Republicano en las pasadas elecciones legislativas en su país represente un obstáculo para normalizar las relaciones con La Habana, y precisó que "el sentimiento de levantar el embargo contra Cuba abarca a todos los partidos políticos".
La representación de agricultores, integrada por siete dirigentes, se entrevistó durante la noche del jueves con Castro, para intercambiar "ideas sobre producción agropecuaria, las potencialidades de Cuba en impulsar el desarrollo de ese sector" y buscar formas de colaborar con la Isla en esos proyectos, dijo Stallman.
La Federación de Granjeros norteamericanos es un organismo gremial con sede en Washington que representa a 5,2 millones de pequeños y medianos productores agrícolas de todo el país, explicó su presidente.
Desde noviembre de 2001, tras el devastador paso del huracán Michelle por la Isla, Cuba se acogió a una legislación promulgada en octubre de 2000 por el gobierno del presidente Bill Clinton, que autoriza a vender a La Habana productos alimenticios y medicinas bajo ciertas condiciones.
El presidente de la compañía estatal cubana encargada de importaciones Alimport, Pedro Álvarez, precisó que en los últimos 12 meses La Habana adquirió diversos tipos de alimentos en Estados Unidos por un monto de 250 millones de dólares, y advirtió que "las negociaciones continúan".
"Si se levantan las restricciones comerciales entre los dos países, Cuba podría destinar hasta el 60% del dinero disponible para la compra de alimentos en Estados Unidos, que en cifras conservadoras alcanza a los 1.600 millones de dólares" anuales, afirmó Álvarez.
El funcionario aseguró que el eventual incremento de las operaciones comerciales con los empresarios norteamericanos no significaría dejar de lado a los tradicionales proveedores europeos, que cubrieron las necesidades de la Isla en los años más duros del embargo estadounidense.
"Continuaremos manteniendo el comercio con nuestros socios tradicionales y todo incremento en las importaciones con Estados Unidos no lo haremos en perjuicio de ellos", dijo Álvarez para despejar las inquietudes de la Unión Europea, que en los últimos meses ha visto con preocupación el auge del comercio cubano-estadounidense.
La Habana mantiene abultadas deudas con compañías agroalimentarias de Europa, pero Álvarez restó importancia al hecho y dijo que "el saldo de esas deudas es mucho menor este año de lo que debíamos el año pasado".
"Tenemos la disposición para discutir sobre el tema y llegar a acuerdos que sean satisfactorios para ambas partes", señaló.
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