Lunes, 11 marzo 2002 Año III. Edición 319 IMAGENES PORTADA
Semblanzas
Chico O'Farrill

El mejor arreglista de música norteamericana que hubo en Cuba, según 'Cachao' López, regaló al jazz latino cuerpo e intensidad.
por JOAQUíN ORDOQUI GARCíA, Madrid Parte 1 / 2
O'Farril

Si Mario Bauzá representa el espíritu del latin jazz, Arturo Chico O'Farrill fue el encargado de dotarlo de cuerpo. El fenómeno Machito and his Afro-Cuban estuvo sustentado por esos dos pilares, pero el currículum estelar de "Chico" comienza mucho antes, como orquestador para alguna de las más importantes Bigs Band de la era del swing.

Establecer comparaciones puede resultar peyorativo. Afirmar, por ejemplo, que Lecuona es el Gershwin cubano no le hace mucho favor a Lecuona. Pero el paralelo entre Duke Ellington y O'Farrill es inevitable. A diferencia del formidable negro norteamericano, "Chico" no fue un gran instrumentista porque, como él mismo afirmaba, su instrumento era la orquesta. Fue, también y al igual que Ellington, un gran compositor, lo cual no es tan común en el jazz, en el que se suele privilegiar la ejecución de los solistas y, en el caso de las grandes bandas, las orquestaciones, de las que el cubano fue un verdadero maestro. Otro punto de encuentro con el Duke fue la labor que realizó en el interior de las músicas cubana y norteamericana. Ellington, con sólida formación en la tradición de la música europea, introdujo muchas de las concepciones musicales impresionistas en el jazz; O'Farrill, con formación similar, no sólo continuó por esa ruta, sino que agregó muchos de los diferentes sabores de la música cubana. Más coincidencias: en 1966, cuando todos pensaban que el Duke era historia antigua, se presentó en el Festival de Newport con temas como Crescendo And Diminuendo in Blue y demostró que podía cabalgar de nuevo y de qué forma; en 1994, cuando muy pocos recordaban que "Chico" existía, se apareció con Pure Emotion, uno de los mejores discos de jazz de la década. No es casual que el gran trompetista Winston Marsalis y el expecialista en jazz Nat Chediak hayan perpetrado la misma comparación.

Israel Cachao López llegó a afirmar: "Era el mejor arreglista de música norteamericana que había en Cuba. Hizo un tema sinfónico para graduarse, pero él no quería dedicarse a la música seria; amaba el jazz. Era un verdadero genio..." Donde dice "música seria", léase música de tradición europea, porque muy pocas obras ha dado la música cubana que puedan compararse con la profunda seriedad de Afro-Cuban Jazz Suite, compuesta por O'Farrill y grabada por primera vez el 21 de diciembre de 1950, con la participación de Charlie Parker.

Para comprender mejor a este insólito músico no está de más comenzar por el principio, que suele ser el nacimiento, ocurrido en La Habana, el 28 de octubre de 1921. Su padre era irlandés y su madre, según algunos, cubana, y según otros, alemana. Inició estudios de derecho en una academia militar norteamericana, pero lo dejó. Lo suyo era la música y se dedicó a su aprendizaje con el profesor Félix Guerrero, alumno a su vez de Nadia Boulanger. Aunque Arturo (todavía no era "Chico") nunca se graduó de un conservatorio, nunca dejó de estudiar música como autodidacto. Además, contó con muy buenas escuelas prácticas, como tocar con Armando Romeu en la orquesta del cabaret Tropicana. Sus primeros arreglos datan de 1946, todavía dentro de los cánones de la música cubana.

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