Corazón emocionado |
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por LáZARO MORELL, Madrid |
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Otra canción donde el corazón se ocupa de la emoción y los brazos de los abrazos... Es difícil de creer que el autor de una obra tan contundente como Nuestras vidas fuera capaz de escribir una colección tan poco atractiva de lugares comunes como los reunidos en este bolero fallido de Orlando de la Rosa. El recurso "corazonístico" es utilizado sin la menor complicación estilística (salvo ese extraño leísmo en el cuarto verso), pero aquí no terminan los desastres. En la segunda estrofa nos informa de una extraña sensación sentida dentro de él, como si las emociones estuvieran revoloteando por los aires. Seguidamente la estrecha entre sus brazos, en lugar de acudir, como suele hacerse, a los brazos de otro. Hay más revelaciones. Después de casi una canción completa basada en el diálogo con un sujeto específico que lo emociona con extrañas sensaciones, no parece imprescindible la aclaración "tanto tú, como yo" para definir la emoción que sintieron los dos. A no ser que se tratara de una pequeña orgía y hubiera un (o una) tercero (a), lo cual explicaría la necesidad de explicitar a quién pertenecían los brazos y a quiénes las emociones.
¡Qué emoción! (bolero) Orlando de la Rosa
Cuando te encontré qué emoción sintió mi corazón. Le hiciste estremecer y suspiró por ti.
Cuando te besé qué emoción sintió mi corazón: extraña sensación sentí dentro de mí.
Cuando te estreché entre mis brazos cuántas cosas nos dijimos. Qué emoción sentimos los dos, tanto tú, como yo.
Cuando te encontré qué emoción sintió mi corazón y no quiero pensar que te olvides de mí.
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