Ave María, morena |
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por LáZARO MORELL, Madrid |
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Si la rumba ha sido la gran ignorada, dentro del complejo rumbero el guaguancó ha arrasado, de modo que los otros dos grandes palos, la columbia y el yambú, apenas son recordados. Hoy les ofrecemos las letras de dos yambús, la más antigua de las rumbas que ha pervivido, tan antigua que, como en este anónimo, ni siquiera sabemos muy bien a qué se refieren sus decires y quién era esa famosa Micaela en cuyos tiempos valía la pena haber nacido. Eso sí, llama la atención el desborde de amor casi tibetano que empalaga la canción: "...edén lleno de flores... te quiero más que a mí mismo... sensibles notas del cuero/ que dulcifica el ambiente..." como también destaca la afirmación final: "...y que siente solamente/ quien ha nacido rumbero...", en la que se enuncia una forma muy especial de conocimiento por los sentidos que parece rozar lo esotérico.
Lo que sí ha pervivido es esa forma tan habanera de autoestima que reza: "...yo soy un hombre correcto...", y que puede aplicarse también a los demás como el halago más sobrio.
Ave María, morena (yambú)
Anónimo
Coro: Ae...
Solista: Hoy se encierra en este ritmo un edén lleno de flores, hoy se encierra en este ritmo un edén lleno de flores, para ti miles de honores, te quiero más que a mí mismo. En mí no existe el egoísmo, claro, te voy a explicar, por mi sincera amistad yo soy un hombre correcto, para ti miles de afectos y mi sincera amistad.
Coro: Ae...
Solista: Yo quisiera haber nacido cuando nació Micaela para alardear esa escuela que bien me la he merecido porque le doy al sonido como el del habanero: sensibles notas del cuero que dulcifica el ambiente y que siente solamente quien ha nacido rumbero.
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