| Los ritmos de 'Emigrante' |
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| El último disco de Orisha 'presenta en sociedad' su cambio de sonido. |
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| por DENNYS MATOS, Madrid |
Parte 1 / 2 |
Después del gran éxito de A lo cubano (1999), el público esperaba ya con cierta ansiedad un nuevo disco de Orisha. En circunstancias similares, las agrupaciones se enfrentan no sólo a su número de copias y primeros lugares en las listas de éxitos, sino al hecho de cambiar y renovarse sin perder el sonido que le ha servido de sello distintivo en el ámbito del mercado. Este fue el reto que enfrentó Orisha con Emigrante (2002), que Emi acaba de editar.
En las 15 canciones de la placa (descontando el interludio Sebastien) destaca la adopción de un sonido más abierto e internacional, que responde a las influencias sufridas por el grupo en su residencia europea. Si éste se propuso hacer algo diferente a A lo cubano, no hay duda de que lo ha logrado. Se acentúa el trabajo en las melodías, apoyado por el empleo de cuerdas, violines y piano (Mujer, Así fue y Ausencia). Roldan se suelta a cantar, demostrando una vez más sus excepcionales dotes (Niños, Desaparecido y Guajiro), armonizando coros muy bien afinados con Yotuel y Ruzzo.
Pero el precio a pagar por estos cambios es excesivamente alto y compromete la propuesta de renovación. El referente de Hip Hop y Rap que se emplea es el europeo, de sonido más culto, pero también más distante y cool. La manera de cantar de Roldan deja de ser soneada, deslizándose peligrosamente a las formas de la balada y el pop. Es precisamente una fórmula distinta, por no decir contraria, a la del disco anterior, donde el Hip Hop y el Rap de raigambre norteamericana se avienen mejor, sobre una fuerte base rítmica, con la sincopa y la percusión criolla. En Represent o Mística, o en el mismo A lo cubano, las intervenciones de Ruzzo, Yotuel y El Flaco —que ya no forma parte del grupo— son continuas y en acentuado estilo Hip Hop-Raper, que se fusionó con otros géneros populares isleños.
En Emigrante hay mayor protagonismo de Roldan pero, como apenas asume el sabor vocal del son, la frescura que podrían haberle reportado los coros, y en general el acompañamiento de temperatura Hip Hop-Rap, se diluyen o suenan mal encajados. Mujer, Testimonio o Ausencia están en función de una forma de cantar inmersa en el estilo pop y la balada.
Se advierte el tratamiento de nuevos temas como la emigración (Emigrante), reaparece la nostalgia por el barrio (¿Qué pasa? y 300 kilos), los ambientes folklóricos y pintorescos (Guajiro), el ritmo turbulento y trastocado de la vida habanera actual (Habana y El rey de la pachacha), y la dramática huida de balseros (Gladiadores). Hay espacio para las letras románticas de corte pop (Qué vola y Así fue) —ésta última sumergida en una atmósfera intimista marcada por lugares comunes en el tratamiento del amor y los sentimientos. En Mujer, la temática femenina se aborda militando a favor de la igualdad. Quizás lo más novedoso sea la connotación latina que se da al fenómeno de la emigración, revindicando las identidades culturales y el respeto a la diferencia.
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