| El tambor de Cuba |
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| La biografía de Chano Pozo y los CD que incluyen todas sus grabaciones ya están en la calle. |
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| por JOAQUíN ORDOQUI GARCíA, Madrid |
Parte 1 / 2 |
Entre los mayores problemas que tiene la generalidad de los discos que se editan con música cubana destacan dos: la falta de información y la mala costumbre de evadir la mención de los compositores con el consabido D.R. (un subterfugio para otra evasión, la de los derechos de autor). Pocas son las casas discográficas que escapan a estas calamidades y, sin la menor duda, la que está realizando un trabajo más acucioso y significativo en el rescate de nuestro pasado musical es Tumbao, gracias a la labor que desempeña el catalán Jordi Pujol, uno de los escasos investigadores europeos que conoce nuestra música y cuya carrera como tal ha ido en constante ascenso.
Una de las últimas entregas de Tumbao es una verdadera joya discográfica, sólo comparable a la edición de los 4 CD con casi todo lo grabado por el Sexteto y Septeto Habanero entre 1925 y 1931, comentada en esta misma página. El nuevo jonrón discográfico se titula Chano Pozo. El tambor de Cuba, y contiene 3 CD que incluyen todas las grabaciones que se han podido recuperar del formidable percusionista y compositor habanero, así como sus obras grabadas por otros cantantes y agrupaciones, además de un libro con la biografía de Chano, en castellano y en inglés, redactado por Pujol.
Antes de escuchar los discos vale la pena entregarse al libro, actividad que depara dos agradables sorpresas: una prosa limpia y clara que, gracias a su falta de pretensiones, informa constantemente, y una investigación meticulosa en la que se evitan los disparates comunes que suelen rodear la agitada vida del ilustre músico. Jordi Pujol no sólo ha escrito la primera biografía decente de Pozo, sino que ha tenido el agradecido cuidado de mencionar las fuentes de información y, lo que es muy importante, mencionar sus propias dudas acerca de determinados hechos cuando éstos no están sustentados por pruebas contundentes. Todo ello concede al libro valor en sí mismo, hasta el punto que, con ciertas transformaciones respectivas a los discos, debiera ser publicado de forma independiente.
Como biógrafo, Pujol nos dibuja la figura de Chano en toda su complejidad, destacando su talento como intérprete y, lo que no suele ser tan (re)conocido, como compositor de obras claves que estremecieron New York en la voz de Miguelito Valdés, años antes del viaje del percusionista a los Estados Unidos y de su famosa relación con Gillespie. Tampoco elude las aristas menos gratas o más controvertibles de la personalidad de Chano: su machismo, su violencia extrema y su adición a la cocaína, todo lo cual convierte a El tambor de Cuba en una verdadera biografía y no en los panegíricos a que nos tienen acostumbrados la mayoría de los biógrafos, que más que tales parecen viudas o viudos de sus biografiados.
Acerca de los discos, el primero se titula Blen blen blen, y comienza con una introducción de Mario Bauzá y Billy Taylor sobre Chano Pozo, a la que siguen las grabaciones de obras de Pozo por las orquestas Casino de la Playa (voces de Miguelito Valdés y Antonio Cheché de la Cruz), de Xavier Cugat (Miguelito Valdés), Havana Riverside (también Valdés), de Julio Cueva ("Cascarita"), Machito and his Afro-Cubans, de Anselmo Sacasa, de Gillespie, de Tito Rodríguez, de Miguelito Valdés y Hermanos Palau (Reinaldo Valdés, "El Jabao" y nuevamente Miguelito), a lo que habría que añadir a Marcano y su Grupo (Tito Rodríguez), el Cuarteto Caney (Panchito Riset) y el sexteto de Gillespie, todos ellos interpretando obras de Pozo grabadas en La Habana, Detroit y New York entre 1939 y 1953, indicando en cada caso fecha y lugar de grabación.
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