Miércoles, 10 abril 2002 Año III. Edición 341 IMAGENES PORTADA
Música
'In New Orleans'

Un álbum que convierte a Cubanismo en una de las orquestas más renovadoras de nuestra música contemporánea.
por CARLOS OLIVARES BARó, Mexico D. F.  
Portada

Jesús Alemañy, ex trompeta del grupo Sierra Maestra, viene, desde el año 1996, sorprendiéndonos con varias grabaciones en Cubanismo, orquesta de singularidades que lo mismo suena como conjunto de los 50, charanga de los 40 o big band a lo Riverside o Moré. Involucrado en 1995 al famoso proyecto Buena Vista Social Club, funda Cubanismo por esas fechas y se frustra la primera idea del productor Nick Gold de confiarle la grabación de un disco de "descargas cubanas". Juan de Marcos González, su compañero de Sierra Maestra, aprovecha la coyuntura e impone su viejo sueño de formar una agrupación con músicos de varias generaciones que Gold acepta con la condicionante de grabar una placa de sones mezclados con música africana bajo la dirección del guitarrista Ry Cooder. Los músicos africanos cancelan su viaje a la Habana y el tresero Juan de Marcos contrata a Compay Segundo y a Eliades Ochoa para darle cierto sabor "montunero/guajiro" a la producción de los ingleses.

Lo que iba a llamarse Eastern Album se convierte en Buena Vista Social Club, y el Big Band Album (concepto de "descargas cubanas" que iba a dirigir Alemañy) Juan de Marcos lo transforma en Afro Cuban All Stars con una grabación de resuelta factura, A toda Cuba le gusta, con músicos de la vieja guardia y ejecutantes de la nueva hornada sonera.

Mientras sucede todo eso, el trompeta Alemañy afina la puntería y da a conocer Jesús Alemañy’s, ¡Cubanismo! (1996), con instrumentistas de primera fila (Tata Güines, Anga Díaz, Maracas Valle, Carlitos del Puerto, Rojitas, Yosvany Terry, Carlos Álvarez...) y un invitado de lujo, el pianista Alfredo Rodríguez, exiliado y olvidado en París. Con excepción del percusionista Tata Güines, la nómina de Cubanismo estaba conformada por jóvenes jazzistas de técnica virtuosa y talento a toda prueba. El éxito y la hábil mercadotecnia de Buena Vista Social Club opacó, en cierta medida, las ventas del primer disco de Alemañy, pero los amantes del jazz afrocubano agradecieron su aparición. Después vinieron otros trabajos (Reencarnación, 1998) donde el trompetista rescató la voz del sonero Rolo Martínez y al saxofón barítono Javier Zalba, hasta llegar a Cubanismo in New Orleáns: Mardi Gras Mambo (Hannibal/Rykodisc, 2000) y crear un sonido donde la negritud de nuestra música y el jazz de Nueva Orleáns se integran en una atmósfera de gratitudes y sorpresas; álbum de novedosas propuestas que se convierte en mezcla inteligente de cha cha chá, son, reggae, danzón, guaguancó, boogaloo y canciones/blues con la resonante presencia africana de las culturas cubana y norteamericana.

La voces "bluesera/sonera" de John Boutté y The Yockamo All-Stars se integran a Cubanismo, y disfrutamos uno de los momentos más sabrosos de nuestra música bailable y jazzística en concordancia espiritual que transita desde el rhythm/blue al rock and roll, desde el son montuno hasta el latin pop. Una aventurada idea que fusiona con oficio líneas rítmico/melódicas africanas (Senegal y Zaire) en Marie Laveaux (Bingham/Patscha), que el tres de Efraín Ríos cubaniza con ardores montuneros. El viejo son de Arsenio Rodríguez Paso en Tampa es arreglado por Glen Patscha en tiempo de boogaloo/conga y Rolo Martínez lo sabrosea con espontáneas improvisaciones: el tres de Ríos subraya la fuerza montuna en los espacios sincopados que el drums conguero de Herlin Riley colorea con sus golpes.

Sorpresiva la suite Shallow Water (Crawford), que el arreglo de Alemañy remata en explosiva guaracha. Elocuente la composición Mardi Gras Mambo (F. Adams/Elliott), que la flauta de Jorge Maza charanguea con expresivos apuntes desde las coordenadas de la orquestación de Alemañy/Herrera y, asimismo, vale destacar It do me good (Brandon/Smith), danzón/cha que Boutté y Topsy Chapman vocalizan con intenciones y acentos de blues, pero que la flauta de Maza y el cubanísimo tumbao del piano de Nachito Herrera mantienen siempre en el territorio acústico de la charanga.

Este trabajo confirma a Cubanismo como una de las propuestas más renovadoras de la música cubana contemporánea; Alemañy's Boogaloo (J. Alemañy), Rampart Street Rumba (Patscha/Bingham) Gumbo Son (J. Alemañy) y Cuborleans (Y. Terry) son ejecuciones que abren nuevas pautas a nuestros arreglistas y compositores: fusiones que demuestran culteranismo, información y buen gusto. Alemañy sabe asimilar influencias y conjugar espacios y tonalidades enriquecedoras de nuestro extenso quehacer musical. El acople logrado con los músicos norteamericanos de The Yockamo All-Stars y los balances rítmico/ armónicos conseguidos a través de las 12 piezas de la placa, consolidan a Cubanismo como una de las grandes agrupaciones de nuestra música: el desafío era grande, pero los muchachos capitaneados por Alemañy supieron imponer su tumbao y demostraron, en la mismísima cuna del jazz, la expresividad de nuestro son y la resonancia de la "descarga cubana".


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