Martes, 02 abril 2002 Año III. Edición 335 IMAGENES PORTADA
Música
Del bolero al mambo

La música cubana salta del cine nacional a toda América: 1940-1950.
por ARSENIO RODRíGUEZ, Barcelona Parte 1 / 2
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Si es en la década del treinta donde surge y se consolida el cine sonoro cubano junto a nuestros géneros líricos y populares, los años cuarenta estuvieron marcados por "cierta estabilidad" y una Constitución, la de 1940. Esto se reflejó en la producción cinematográfica, que se estabilizó. Por otra parte, nuestra música comenzó a ganar terreno en Méjico y Argentina, primero con los boleristas y luego con el mambo.

El escritor de boleros Osvaldo Farrés produjo el corto Mis cinco hijos a inicios de los años cuarenta, además de realizar los arreglos musicales. El corto fue dirigido por Ernesto Caparrós y Gilberto Valdés; éste último ya era uno de los autores más codiciados por intérpretes como Rita Montaner, por sus canciones de temática afrocubana.

Dos años más tarde Ernesto Caparrós dirige Ritmos de Cuba (1942), donde el tenor René Cabel interpretó La canción del guajiro, de Rodríguez Fiffe. Por otra parte, la rumba, en su vertiente guaguancó, volvió al cine cubano en Un brujo en Guanabacoa, donde actuaba y cantaba "Cascarita" (Orlando Guerra). Otros títulos son Ritmo de maracas, Cancionero cubano y Flor de Yumurí, inspirados en las composiciones de Jorge Anckermann, interpretadas por Esther Borja con arreglos musicales del maestro Adolfo Guzmán.

Ernesto Caparrós, uno de los directores más prolíferos del cine musical cubano, dirigió la película Romance musical en eso años. En el elenco figuró América Crespo, y tuvo actuaciones especiales de Rita Montaner, René Cabell, Olga Chorens y Elsa Valladares.

Esta relación entre la música y el cine cubano dio un primer salto al exterior con Embrujo antillano, que se realiza entre México y la Habana en 1945, y que dirigió Geza P. Polaty, con la colaboración de Juan Orol. Aquí se escuchan canciones de Osvaldo Farrés, Julio Brito, rumbas, guarachas, más el bolero-tema Embrujo antillano, del entonces muy joven compositor José Carbó Menéndez. En 1947, Raúl Medina realizó Oye esta canción, donde se puede escuchar al cantante Tony Chiroldes y la orquesta Almendra. En la película cubano-mexicana El ángel caído, Daniel Santos canta con la Sonora Matancera. En el año 1949 se produjo entre Cuba y Argentina A La Habana me voy, protagonizada por Blanquita Amaro. En el filme aparece la orquesta Anacaona y Pedro Vargas.

Rita Montaner, que continuaba su carrera ascendente dentro del cine en 1948, canta y actúa en María la O, filme que se realiza sobre la zarzuela cubana del mismo nombre (tenía música de Ernesto Lecuona y libreto de Gustavo Sánchez Galárraga, y el argumento estaba basado en la célebre novela de Cirilo Villaverde, Cecilia Valdés). Esta obra de Lecuona sienta pautas sobre la visión comercial que se tenía de su música, que póstumamente ha sido reconocida por temas más comerciales como Siboney, Siempre en mi corazón, etcétera.

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