Lunes, 11 febrero 2002 Año III. Edición 299 IMAGENES PORTADA
Música
La 'Habanera' de Paquito

Un CD que abre otro capítulo imprescindible en el ya exuberante libro del jazz.
por CARLOS OLIVARES BARó  
Portada

En 1957, Paquito D'Rivera tiene 9 años y está de gira en San Juan, Puerto Rico, tocando en los salones del Hotel Normadie, nada más y nada menos que acompañado por la orquesta de Machito/Bauza. Niño prodigio, "debuta profesionalmente en el soprano a los 6 años de edad. Su padre, Tito, saxo tenor, es su primer maestro" (Nat Chediak). Figura insoslayable de nuestra música, D'Rivera nos viene sorprendiendo desde los 60 como director y fundador de la Orquesta Cubana de Música Moderna e integrante, a partir de los 70, de Irakere, con Chucho Valdés, Sandoval, Carlos del Puerto, Enrique Pla, Carlos Emilio Morales, Jorge Varona y Carlos Averohoff (crema y nata del jazz cubano).

Imposible olvidar sus "travesuras" en la versión del Adagio de Mozart, así como tres producciones fundamentales del jazz afrocubano reciente realizadas por él: Reunión (1990), con el trompetista Sandoval, 40 Years of Cuban Jam Session (1993), feliz encuentro de tres generaciones de músicos y Portrait of Cuba (1996), orquestaciones del pianista argentino Carlos Franzetti, reconocido con el premio Grammy. Después que instaló residencia en Nueva York en 1980, ha grabado unos veinte discos como solista o acompañante; su Ensemble Havana/New York ha sido escuela donde se han fogueado importantes instrumentistas: Daniel Ponce (percusionista), Fareed Haque (guitarra) y los pianistas Michel Camilo, Hilton Ruiz y Danilo Pérez. De su relación con el trompetista brasileño Claudio Roditi nació Claudio Roditi/Milestones (1992), mano a mano vertiginoso y emotivo que pone de manifiesto su incondicional amor por el jazz.

Habanera (Enja Records, 2000) es uno de los trabajos más elocuentes del saxofonista y clarinetista de Marianao; esta vez se hace acompañar de Absolute Ensemble (agrupación alemana que dirige Kristjan Järvi) y de los instrumentistas Kenny Drew Jr. (piano), Michael Formanek (bajo), Clarence Penn (batería), Mino Cinelu (percusión) y David Taylor (trombón bajo), consiguiendo una atmósfera de suavidades con el clarinete y el sax alto que hacía tiempo no escuchábamos en sus grabaciones. Disco que se inscribe en algunos segmentos dentro de la tradición del jazz europeo, hace guiños asimismo al cubop y coquetea con referencias expresionistas que por momentos recuerdan a Ervin, a Gilmore (pionero del free) y a George Adams.

Afro (P. D'Rivera), composición que acusa desde los primeros acordes una lluvia de propuestas free, se balancea percutivamente en vigoroso diálogo lírico con el corno francés, el sax alto y el clarinete: Cinelu y Penn aceptan el intercambio y logran, en complicidad con los metales de Absolut Ensemble, responderle a los solistas que constantemente los desafían. En Habanera (P. D'Rivera), arreglada por Franco D'Rivera (hijo de Paquito), las cuerdas crean una suerte de sonatine con remembranzas de Ravel, Kodály y Lalo en franco homenaje al violinista Stéphane Grappelli.

Birks works (Gillespie) y Caravan (Ellington) se convierten en ofrendas y celebraciones repletas de citas que se cruzan y se retroalimentan entre sí: el pianista hace gala de sabroso tumbao y de limpia y rápida digitación que recuerda a Chucho Valdés. Clarinete, bajo y percusiones juguetean con los apuntes melódicos hasta desviar los hilos armónicos a otras direcciones. En Lecuonerías (P. D'Rivera), Paquito ejecuta el clarinete con una elegancia de suavidad arropada: alarga las notas, las fragmenta a su capricho, mezcla los motivos melódicos y nos regala un juguete musical de sutileza inolvidable. De un músico inquieto como él se pueden esperar muchas cosas atrevidas y novedosas y lo hace con Alborada y son (P. D'Rivera), composición en las coordenadas soneras, pero con los apuntes de la clave (2-3) ejecutados por el corno francés en una serie armónica/rítmica de hermosa y extraña sonoridad; lo mismo ocurre con Wapango (P. D'Rivera): el clarinete sustenta la melodía y el corno contrapuntea con las percusiones consiguiendo un sustrato rítmico de rebotes y anticipaciones de provocativo balanceo.

Three preludes y unas variaciones de I got rhythm con Cuban Overture de Gershwin, en arreglo de Franco D'Rivera y Daniel Schnyder respectivamente, conforman lo mejor del disco: Paquito sobresale con solos que recuerdan a Desmond, siempre con espontaneidad y ataques a lo Bird bañados con ese inconfundible fraseo fragmentado y juguetón que lo identifica.

Habanera confirma la madurez expresiva de nuestro mejor sax alto de los últimos 30 años. Este disco abre un histórico capítulo en el libro del jazz.


Imprimir Imprimir Enviar Enviar

En esta sección

Tres momentos al piano
COB
MTV
ARSENIO RODRíGUEZ
'The Cuban Danzón'
CARLOS OLIVARES BARó
Una supernova de apellido Rubalcaba
ARSENIO RODRíGUEZ
Parker y el jazz afrocubano
CARLOS OLIVARES BARó
Rumba del siglo XXI
ARSENIO RODRíGUEZ
NOTICIERO
SOCIEDAD
ECONOMÍA
CULTURA
INTERNACIONAL
DEPORTE
MÚSICA
semblanzas
dulce cantar
OPINIÓN
DESDE...
ENLACES
Chat
ENTREVISTA
Cartas
BUSCADOR
Galeria
EDICIONES
» Actual
« Anterior
» Siguiente
Seleccionar
D:  
M:  
A:  
   
Guagua
 
 
PORTADA ACTUAL NOSOTROS CONTACTO DERECHOS SUBIR
 
© 1996-2003 Asoc. Encuentro de la Cultura Cubana.