Pancho Amat y 'El cabildo del son: de San Antonio a Maisí' |
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El tres: Del placer del baile al de la remembranza. |
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por JOAQUíN ORDOQUI GARCíA |
Parte 1 / 2 |
Instalado como el mejor tresero vivo, Pancho Amat ha conseguido un disco extraordinario en el que, tal y como indica su título, hay un recorrido alegórico por una parte importante de la música cubana del siglo XX. A partir de un formato que recuerda en algo a los antiguos septetos (trompeta, bongó, maracas, guitarra, tres y contrabajo), al cual se le adicionan o quitan instrumentos para reforzar determinadas intenciones, logra comunicarnos diferentes sabores sin perder nunca el propio, caracterizado por el sonido de su tres. Desde Miguel Matamoros hasta Juan Formell, Pancho, que también presume de cocinero, combina diferentes sabores como la guajira, el bolero, el bolero-son, la guaracha y la música más afrocubana para conseguir un recuento lleno de alusiones y guiños.
Comienza con Flor de pantano, tradicional bolero de Graciano Gómez con una singular letra que parece describir a una ingenua prostituta y que Amat ha arreglado de forma tal que evoca las sonoridades habaneras de los sextetos, para lo cual ha prescindido de la trompeta que forma parte de su equipo. Aunque en la utilización de voces y cuerdas está presente un estilo Matamoros que introduce ese sabor oriental que casi siempre lo caracteriza.
La segunda canción, Mucho corazón, es mexicana, pertenece a la firma de Emma Elena Valdelomar y formó parte de lo mejor del repertorio de Benny Moré, valor que Amat refuerza con la incorporación de la voz segunda de Fernando Álvarez, ese gran bolerista que cumpliera el mismo rol con el Benny. El arreglo, sin embargo, recuerda más las sonoridades del conjunto Casino, con todo lo cual se logra una mezcla interesante y a la que hay que añadir ciertos momentos en que el tres de Amat rinde homenaje a las guitarras de Los Panchos.
En el café, la canción que sigue, compuesta por el propio Pancho, la voz de William Borrego parece evocar a Pedrito, el cantante de los Van Van, y hay mucho de Arsenio Rodríguez. También uno de los mejores solos de tres que incluye el disco, que incluye un simpático guiño al jarabe tapatío.
La cuarta pieza se titula Si yo fuera como tú, es del oriental Carlos Manuel Delgado Rodríguez y se trata de un bolero tradicional, que Pancho Amat arregla respetando su esencia, aunque con una trompeta muy habanera, con la que consigue un sonido que rememora a un septeto.
En Anda y dime, se incorporan las voces del dúo Evocación, que es un revival de los clásicos dúos femeninos, como las hermanas Martí, aunque con una interpretación moderna y carente de esas afectaciones operísticas que tanto gustaban y que, sin embargo, siempre he sentido ajenas a nuestra mejor música.
El track seis es un popurrí (ajiaco, lo llama Pancho) formado por Melao de caña (Mercedes Pedroso), Aquella boca (Eusebio Delfín) y La melcocha (Eduardo Saborit) en el que Amat desata una veta bailadora donde se combinan los sabores de Arsenio y Formell, con la inclusión de un piano (Daniel Amat) que da la sensación de estar ante un clásico conjunto, reforzada por la forma como se emplea a fondo la trompeta de Frank Padrón.
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