Kelvis a orillas del Guadalquivir |
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Sevilla: un escenario perfecto para la fusión. |
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por ARSENIO RODRíGUEZ |
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No queda dudas de que la ciudad de Sevilla se ha convertido en una plaza habitual para algunos representantes de la música cubana. En este último año se han podido ver y escuchar en conciertos en vivo a Buena Vista Social Club, los raperos de Orichas, al tresero Pancho Amat, al jazzista Omar Sosa y, por último, un excelente representante del rock que se hace a lo cubano, Kelvis.
Kelvis Ochoa radica en Madrid y es ex miembro de Habana Abierta, con quienes grabó tres CDs: Habana Oculta (1996), Habana Abierta (1997) y Habana Abierta 24 Horas (1999). Ahora acaba de sacar su disco en solitario, Kelvis (2001 BMG Music Spain, S.A.), con la nada despreciable producción de Alejo Stivel, quien ha trabajado recientemente con Joaquín Sabina.
La gira promocional de este disco comenzó en agosto, en La Habana, en el Teatro Nacional de Cuba, donde compartió escenario con Carlos Varela ante un público entregado que abarrotó el lugar. Ahora Kelvis acaba de comenzar su gira española por Granada y continuó en Boss, una sala con capacidad para unas mil personas, en el barrio de Triana, en Sevilla.
Sólo por escucharse en Cadena Cien las canciones A Cuba me voy, compuesta por Pepe del Valle, y Si tú no quieres, tema que canta en el disco con la brasileña, Fernanda Abreu, su productor ha programado conciertos en 25 salas de Cataluña, Andalucía, el País Vasco, Valencia y Francia.
El concierto sevillano comenzó con la sala llena a la una de la madrugada, como estaba previsto. Tras escucharse una muestra notable del CD, llegó el funk con Si tú no quieres. Esta canción —que en vivo canta la cubana Gisela, corista del grupo, sustituyendo a la brasileña de la grabación— fue el tema que levantó a los sevillanos. Además de la fuerza de la obra, subió al escenario el guitarrista español Raimundo Amador, quien tocó e improvisó magistralmente. La grandeza de Amador en su espacio, dio el empujón que necesitaba Ochoa para meterse al público en el bolsillo.
Lo demás fue pan comido: su Conga de Juana y Es de verdad, piezas más soneadas y rumberas, fueron asimiladas de manera arrolladora para cerrar con un espectacular Hace calor en La Habana. Hay que decir que, además de bis final, el público gritó, pidió y el artista tuvo que repetir varias canciones a lo largo del concierto.
La música cubana comienza a calar a fondo en la Península. La fusión entre músicos españoles y cubanos está dando frutos notables. Raimundo Amador, al final del concierto, comentaba que cuando grabó 50 Broken, con la nórdica Björk, se sintió de maravilla comunicándose con ella por señas, pues no se entendían con palabras. Con Kelvis Ochoa, además de entenderse musicalmente la pasaba de "puta madre" y que por eso había grabado dos canciones de Kelvis en su último disco.
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