| Brasil, Brasil |
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| PT: una reseña del mayor partido de izquierda de América Latina. |
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| por JORGE H. FONSECA, San Pablo |
Parte 2 / 3 |
El sello característico de los estados y municipios gobernados por el PT fue la jerarquización de los aspectos sociales, la honestidad administrativa y la responsabilidad fiscal, lo cual le propició importantes adeptos, así como la confianza de la población en su capacidad real de gobernar.
El Partido de los Trabajadores no es un partido monolítico, todo lo contrario. Producto de su origen diverso, en el mismo subsisten corrientes de pensamiento muy disímiles, las cuales se agrupan en sectores internos que poseen disciplina y reglamentos específicos, y sus ideologías, muchas de ellas de extrema izquierda (en el PT exixten desde ex guerrilleros hasta sacerdotes y desde troskistas hasta guevaristas), incluyendo la tendencia de los más moderados, a la cual pertenece la dirección actual del partido, que incluye a Lula da Silva.
La corriente más a la izquierda dentro del PT es la denominada Democracia Socialista (DS), que constituye aproximadamente el 17% de los militantes del partido, los cuales ya han comenzado a crear problemas al montaje del gobierno de Lula da Silva, oponiéndose al nombramiento del futuro Director del Banco Central brasileño propuesto por Lula. La DS consiguió la nominación de uno de sus militantes, Miguel Rosetto, como ministro de Desarrollo agrario, quien tendrá que vérselas en el futuro con el Movimiento de los Sin Tierra (MST). Contrariamente a lo que se especula, el MST no es parte integrante del PT, aunque existen coordinaciones fuertes entre ambas organizaciones.
El PT estuvo dirigido en los últimos años por José Dirceu, ex guerrillero entrenado en Cuba, donde fue sometido incluso a una operación de cirugía plástica para cambiar su rostro y poder regresar clandestino a Brasil en los años setenta. Junto a Lula da Silva, Dirceu imprimió la dinámica de cambios hacia el centro de que hizo gala el PT en las últimas elecciones. Hasta ese momento, el PT era reacio a establecer alianzas con partidos que no fueran de izquierda; Dirceu y Lula tejieron una alianza con un partido de derecha, el Partido Liberal (PL), cuando consiguieron llevar al Senador José Alencar —millonario dueño de importantes fábricas textiles— como vicepresidente en la chapa presidencial de Lula da Silva, clave para la victoria.
A pesar de haber conformado su ministerio con una mayoría de militantes del PT, Lula ha cuidado de designar en importantes cargos a miembros de la sociedad civil —no militantes del PT— que dirigirán los aspectos relativos al desarrollo industrial y agrícola, el comercio exterior y las relaciones exteriores, así como el Banco Central. En este último Lula da Silva designó a Henrique Mierelles, el primer extranjero (brasileño) en presidir mundialmente uno de los mayores bancos norteamericanos, el Bank Boston. Todo ello ha dado confianza a la sociedad civil sobre los nuevos rumbos del gobierno en las sensibles áreas económica y financiera.
José Dirceu, artífice del triunfo de Lula y del movimiento del partido hacia el centro, ha sido designado como ministro jefe de la Casa Civil, una suerte de Primer Ministro del gobierno, dejando la presidencia del partido en manos del también ex guerrillero José Genoino, importante líder de la bancada del PT en la Cámara de Diputados y miembro del ala negociadora del partido, a la que pertenecen Dirceu y Lula da Silva.
El Partido de los Trabajadores no accede al poder en Brasil bajo una visión mesiánica y salvadora; posee un historial de más de 20 años de lucha democrática en la arena política brasileña y ya ha ejercido el poder en importantes estados y municipios, por lo que las expectativas de la sociedad brasileña son las mejores en cuanto a su desempeño. Los pronósticos externos, aún afectados por el advenimiento de un partido de izquierda a la presidencia del mayor país de América del Sur, probablemente tenderán a disiparse.
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