El ocaso de un líder |
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Candidato victorioso en las recientes elecciones ecuatorianas, el coronel Lucio Gutiérrez evade el abrazo mortal de Chávez y Castro. |
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por JORGE H. FONSECA, Sao Paulo |
Parte 2 / 2 |
Lula lo sabía bien cuando este año, con indudable éxito, desligó su imagen de la del autócrata caribeño. Declaró en plena campaña electoral que "el modelo cubano no será el modelo del Brasil". "Le he aconsejado varias veces a Fidel Castro que haga elecciones libres en Cuba para que legitime su gobierno", aseguró. Por eso eludió el indeseable encuentro ecuatoriano, imitando a su colega recién electo.
En Ecuador, como en Brasil, también se especuló sobre el potencial eje izquierdista, esta vez incluyendo a Gutiérrez. Probablemente por eso el ex coronel ecuatoriano evitó, al menos en público, verse con los representantes jurásicos.
Sorprendentemente, el glorioso Comandante de tantas batallas contra el imperialismo es poco menos que un apestado para la izquierda emergente. Los nuevos líderes progresistas ya no arriban a Cuba, y cuando por oportunismo político es Castro quien visita uno de los países donde esa izquierda renovada acaba de obtener una inequívoca victoria —como en Ecuador—, ésta rehuye su contacto en público.
Claro que pueden haberse producido encuentros privados, pero el signo de los tiempos es otro. Castro y Chávez representan una línea ya superada en la política latinoamericana, a una izquierda beligerante y en repliegue que ya no personifica los intereses de Latinoamérica, como lo demuestra la oposición venezolana actual y la decisión mundial de apoyar la candidatura de un disidente cubano, como Oswaldo Payá, al Premio Nobel de la Paz.
Lula, por su parte, realiza viajes internacionales previos a su toma de posesión y entre sus destinos destacan los Estados Unidos y su presidente republicano "duro", junto a México y su flamante mandatario "de derecha". Varios países y varios líderes, menos el contacto comprometedor con un dinosaurio político, decadente y extemporáneo.
Probablemente, Lula da Silva y Lucio Gutiérrez emprendan nuevos rumbos, menos asociados a las guerrillas y la beligerancia. Tal vez se dediquen más a la solución de los problemas de sus pueblos: Castro y Chávez son lamentables representantes de un pasado que termina.
La síntesis de estos tiempos puede encontrarse en el diario limeño El Comercio, que reportó el mitin de Fidel Castro en la intimidad del Teatro Nacional (antes sus mítines se desarrollaban en estadios olímpicos) de la capital ecuatoriana, y le escuchó referir el "salto de calidad que Cuba está dando en este momento". El periódico capitalino lo sintetizó con una frase magistral: "Fidel Castro habló ante un auditorio dispuesto a creerle que las vacas pueden volar".
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