| Pataleos y falsedades |
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| A veces sí, a veces no: Castro justifica su anterior negativa a firmar el Convenio de Cotonú, y vuelve a ejercer de candidato. |
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| por MIGUEL RIVERO, Lisboa |
Parte 2 / 2 |
En este acuerdo se subraya que desde la última evaluación de la Posición Común, el pasado mes de junio, el Gobierno cubano "no ha avanzado significativamente en la consecusión de los objetivos" arriba mencionados.
Como se puede apreciar, el "atemperamiento" mencionado por Castro es sólo un pretexto para tratar de enmendar el pataleo de abril de 2000, cuando decidió retirar la candidatura de Cuba.
A la demanda de la Unión Europea de que se inicie en la Isla un proceso de apertura política, respondió el viceministro de Relaciones Exteriores, Ángel Dalmau, el pasado 14 de diciembre, con la clásica arrogancia del régimen. En declaraciones a Prensa Latina, dijo que la Posición Común de los quince países que integran la Unión Europea es "un papel mojado y retórico", que repite "las mismas tonterías de siempre".
O sea, que el papel de La Habana en el Grupo ACP será el de eterna agitadora para defender a los regímenes dictatoriales (como el caso del de Robert Mugabe) que sean sometidos a sanciones por parte de la Unión Europea, al violar los derechos humanos y los principios democráticos.
Para los países del CARICOM, es un gran alivio que el régimen cubano no lleve a cabo una verdadera apertura política. Ello representaría una grave amenaza en el sector del turismo, del cual viven la mayoría de las otras 14 naciones que integran esa entidad.
La forma desdeñosa como el viceministro Dalmau calificó la Posición Común de la Unión Europea muestra a las claras que el régimen de La Habana no tiene la más mínima intención de rectificar su política: "Dicen las mismas tonterías de siempre sobre el sistema cubano, de ahí no va a pasar".
Castro usó de la retórica y de algunas falsedades para dar el viraje y aceptar de nuevo la candidatura al Convenio de Cotonú.
Habrá que ver si en las negociaciones bilaterales, que ahora se llevan a cabo con la Unión Europea, el régimen cubano logra recibir alguna parte de la ayuda (unos 14.000 millones de dólares hasta 2005) destinada al grupo de los países ACP.
Mientras Fidel Castro no haga ciertas aperturas y reformas, Cuba estará pagando un importe demasiado alto por su terquedad. Las falsedades sólo sirven para consumo interno —la justificación de que ha sido la UE la que ha "atemperado" sus posiciones—. Lo cierto es que en las capitales europeas cada vez hay menos paciencia para asimilar los desplantes del mandatario cubano.
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