Jueves, 05 diciembre 2002 Año III. Edición 509 IMAGENES PORTADA
Internacional
Venezuela. ¿La última huelga contra Chávez?

El paro cívico nacional comenzó a las seis de la mañana del lunes 2 de diciembre.
por YAMILA RODRíGUEZ EDUARTE, Caracas Parte 1 / 2
Caracas
Chuao, Caracas. Una manifestante protege su rostro de
los gases lacrimógenos lanzados por la Guardia Nacional
frente a la sede de PDVSA

La oposición venezolana tomó las calles el pasado martes, en el segundo día de paro general para presionar al presidente Hugo Chávez a que acepte el llamado a consulta electoral sobre su gestión que le hicieran más de dos millones de ciudadanos. Miles de opositores marcharon también el miércoles por las principales avenidas de Caracas y otras importantes ciudades venezolanas. En la capital el recorrido comenzó en la sede de Petróleos de Venezuela (PDVSA), en Chuao, hasta el hotel Meliá Caracas, donde se hospeda César Gaviria, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA). El objetivo de la marcha es hacerle llegar a Gaviria un documento en el que se le solicita respuesta inmediata sobre la salida electoral.

El miércoles proseguía el paro en todo el país, aunque algunos pequeños comerciantes abrieron sus negocios en la capital y ciudades del interior. Ese día se caracterizó por la movilización popular, con gente en las calles pidiendo la renuncia de Chávez o que el Gobierno le ponga fecha inmediata a la consulta popular. Por otro lado, el Consejo Nacional Electoral (CNE) corroboró la convocatoria a referendo consultivo para el próximo 2 de febrero, y en esta ocasión con la mayoría calificada de cuatro de los cinco miembros de su Junta Directiva.

El paro cívico nacional —como lo llama la oposición— comenzó a las seis de la mañana del lunes 2 de diciembre. La pasividad caracterizó el primer día de huelga, con la gente en sus casas en señal de protesta. El acelerado ritmo con que viven los caraqueños fue reemplazado por uno más sosegado. Las calles se podían atravesar a pie y muchos comercios no abrieron sus puertas. El mismo paisaje se apreciaba en otras importantes ciudades venezolanas, que paralizaron sus actividades principales.

Desde el primer día de huelga comenzó la guerra entre el Gobierno y la oposición sobre el éxito del paro. De acuerdo con Adolfo Padrón, dirigente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), el acatamiento al paro el lunes pasado se mantuvo en el 79 por ciento, por región y por sector productivo.

Mientras, para el Gobierno la incorporación al trabajo fue del 80 por ciento. El vicepresidente José Vicente Rangel aseguró que el paro era ficticio. "¿Qué sentido tiene prorrogar por 24 horas un paro fracasado?", preguntó a los medios de comunicación. El segundo al mando de Chávez se ha convertido en blanco de la oposición por emplear la política del avestruz ante los graves problemas venezolanos. "El país está en completa normalidad", no se cansa de repetir.

El segundo día de paralización, de acuerdo con los líderes de la CTV y la Federación de Cámaras de Venezuela (Fedecámaras), el acatamiento fue del 75 por ciento. Más de un millón de comercios y 3000 industrias y empresas permanecieron cerradas. Los informes del Gobierno no pudieron ser más descalificadores: sólo el 5 por ciento de los venezolanos se sumó al paro.

Pero cualquiera que recorriera Caracas durante el lunes y el martes pasados podía constatar que los principales centros comerciales, supermercados y plantas industriales permanecían cerrados. Fueron días malos para los vendedores de periódicos, pues el Bloque de Prensa Venezolano también se sumó al paro. El transporte público funcionó con normalidad, aunque los pasajeros eran escasos.

Cuando comenzó la huelga nadie sabía cuánto podría prorrogarse. El lunes a las seis de la tarde Carlos Ortega, presidente de la CTV, anunció que el paro se extendía por 24 horas más: "El pueblo en ejercicio soberano continúa el paro cívico nacional". El dirigente sindical justificó la extensión de la protesta debido a que el "Gobierno mantiene la actitud terca y arbitraria de no aceptar el llamado a la consulta electoral".

"Lo hemos dicho y lo ratificamos ahora, la suspensión o no del paro va a depender de lo que acontezca el martes, del compromiso que debe asumir el Gobierno para resolver la crisis", aseguró Ortega. Hasta estos momentos los organizadores no han revelado cuándo le pondrán punto final a la protesta.

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