Jueves, 05 diciembre 2002 Año III. Edición 509 IMAGENES PORTADA
Internacional
La encrucijada

El dilema del pueblo venezolano frente al autoritarismo del presidente Hugo Chávez.
por MIGUEL RIVERO, Lisboa Parte 1 / 2
Venezuela
Caracas. Manifestantes contra la militarización de la capital
venezolana

Las convulsiones sociales y políticas se agudizan en Venezuela mientras su presidente, Hugo Chávez, destila mensajes de odio en cada una de sus comparecencias públicas y la Confederación de Trabajadores, la Coordinadora Democrática y la Federación de Empresarios (Fedecámaras) organizan un paro nacional para el próximo 2 de diciembre.

Desde el pasado 8 de noviembre, el Secretario General de la OEA, César Gaviria, trata de mediar en el conflicto venezolano a través de la denominada Mesa de Negociación, con representantes del Gobierno y de la oposición. Pero sólo ocho días después de iniciado el diálogo Chávez ordenó la intervención de la Policía Metropolitana, que estaba bajo las órdenes de su opositor, el alcalde mayor de Caracas, Alfredo Peña.

La medida fue interpretada como un nuevo gesto autoritario del ex paracaidista, que cada vez se perfila más como un buen aprendiz de tirano tratando de perpetuarse en el poder con el apoyo de algunos jefes militares y los Círculos Bolivarianos, turbas que actúan contra los opositores con completa impunidad.

Hasta ese momento, la Policía Metropolitana había servido para mantener el orden durante las marchas organizadas por la oposición y evitar las agresiones de los talibanes chavistas.

En realidad, cada vez con mayor frecuencia se habla del peligro de una guerra civil en Venezuela, y los llamados de alerta proceden de periodistas e intelectuales de renombre. Chávez asegura que cuenta con el respaldo "mayoritario" de la población y en su estilo peculiar —cuando combina los tonos de matón con el cuartelario— advirtió: "Estoy seguro de que en las próximas huelgas convocadas éstos tendrán la F de fracaso pintada en la frente".

Por supuesto, también señaló que detrás de la convocatoria del paro se gesta un nuevo Golpe de Estado y su vicepresidente, José Vicente Rangel, advirtió que se trata de "un hecho insurreccional". Ahora resulta que el derecho a huelga, reconocido por la constitución bolivariana de 1999 y arma de lucha en cualquier país democrático, se ha convertido para Chávez y sus seguidores en conspiración.

Pero el presidente fue más lejos aún en su programa Aló Presidente del pasado domingo, cuando advirtió que "ni aunque la oposición saque el 90 por ciento en el referéndum consultivo voy a renunciar". Si alguien tenía alguna duda acerca de su talante autoritario y anti-democrático, la frase lo revela todo.

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