| Petróleo revolucionario |
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| Caracas reanuda el suministro de crudo a La Habana cuando el chavismo vive sus horas más bajas. |
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| por YAMILA RODRíGUEZ EDUARTE, Caracas |
Parte 1 / 3 |
Tener a Fidel Castro susurrando en el oído nunca trae buenos resultados para el oyente. Hugo Chávez no sacó esa cuenta cuando accedió a enviar petróleo al "mar de la felicidad", como le gusta llamar a Cuba. El gobernante venezolano deberá enfrentar 13 demandas penales en su contra, asentadas en el Tribunal Supremo de Justicia: tres de ellas tienen que ver con el convenio petrolero firmado con la Isla. Hasta ahora ninguna de las acusaciones ha prosperado porque los poderes públicos —Fiscalía, Defensoría del Pueblo y Corte Suprema— son dependientes del Gobierno chavista.
Envuelto en una intensa polémica en Venezuela, se reanudó el suministro de petróleo a la Isla luego de casi cinco meses de suspendidos los envíos. El primer arribo se produjo el 13 de septiembre pasado, cuando fue descargado en la refinería de Santiago de Cuba un barco con 300.000 barriles. Al anunciar la llegada del primer barco, el embajador de Venezuela en La Habana, Julio Montes, dijo que "con su arribo se regularizan los envíos" a pesar de la oposición de "algunos gerentes de la empresa Petróleos de Venezuela S. A. (PDVSA)". El suministro de petróleo a Cuba fue suspendido tras la breve salida del poder de Hugo Chávez el pasado abril.
El crudo venezolano es el que mejor asimilan los fósiles equipos cubanos. Su propiedad más notable es lo barato que resulta importarlo. Casi un regalo de la revolución bolivariana a Fidel Castro.
El acuerdo —firmado por Cuba y Venezuela en octubre de 2000— permite a la Isla comprar 53.000 barriles de petróleo diarios, bajo condiciones preferenciales. Ello cubre la tercera parte de sus necesidades energéticas. Según fuentes oficiales cubanas, desde 2000 hasta el 30 de abril pasado se habían recibido 25,5 millones barriles, por un valor de 675 millones de dólares.
Los privilegios concedidos a Fidel Castro han sido muy criticados por la oposición venezolana. El primero de éstos fue la condonación de la vieja deuda de 50 millones de dólares que tenía Cuba con PDVSA, que databa del gobierno de Carlos Andrés Pérez. El convenio actual beneficia a Cuba porque tiene vigencia por 5 años prorrogables. Permite postergar 15 años hasta el 25 por ciento de los pagos, al 2 por ciento de interés, tras un período de gracia de dos años. La posibilidad de reventa no está limitada. Además, está exonerada de gastos de seguro y transporte, que corren a cuenta de Venezuela.
A pesar de todas las concesiones, la deuda de La Habana con la petrolera venezolana ascendía a 142 millones de dólares cuando se suspendieron los envíos en abril pasado. Los ejecutivos de PDVSA insisten en que se han opuesto a la entrega de petróleo a la Isla debido a que Cuba-Petróleo (Cupet) ha incumplido con los compromisos de pago establecidos.
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