| México vecino |
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| Pedro Joaquín Coldwell, embajador mexicano en La Habana entre 1998 y 2000, sostiene que una transición violenta en la Isla afectaría directamente a Cancún. |
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| por GILBERTO CALDERóN ROMO, México D. F. |
Parte 1 / 2 |
Un éxodo masivo de cubanos hacia Estados Unidos y las costas del Caribe mexicano es un escenario potencial que los cubanólogos contemplan en caso de una transición no pacífica en Cuba. Para México, significaría una situación similar a la que se produjo en los años 80 en Guatemala, cuando más de 50.000 guatemaltecos se refugiaron en los Estados de Chiapas y Campeche. Esta vez sería en Quintana Roo, donde ya existe una amplia colonia de cubanos que ha llegado a cuenta gotas en los últimos años.
Los habitantes de Cancún saben que su bienestar depende muchas veces de acontecimientos que están fuera de su control y que, incluso, se generan lejos de su territorio. El 11 de septiembre del año pasado fue una demostración palmaria de este aserto. De alguna manera saben, también, que los desacuerdos que hubo entre los gobiernos de México y Cuba entre abril y junio pueden afectarlos de manera contundente. El arribo de 12 balseros antillanos entre mayo y junio vino a recordárselo por si no lo tenían muy presente.
Cancún es una de las ciudades más jóvenes de México. Apenas andará cumpliendo los treinta años y ya tiene más de 600.000 habitantes que provienen de casi todos las provincias mexicanas, mayormente de Yucatán y Campeche, y de países como los Estados Unidos, Cuba y algunas naciones europeas. Es una pequeña metrópoli cosmopolita que ya se va habituando a los vaivenes de la política internacional.
Atentos a lo que puede ocurrir en La Habana —a cuarenta minutos de vuelo de Cancún—, los quintanarroenses comienzan a imaginar cuál puede ser el escenario por venir ante la eventual desaparición física de Fidel Castro.
"Si la transición en Cuba se da de manera no pacífica, si más que transición hubiera una confrontación, entonces sí hay un riesgo de que se establezca un flujo masivo de cubanos que buscarían refugio en las costas de Yucatán", dice Pedro Joaquín Coldwell, un conocedor del tema y quien fue gobernador de Quintana Roo y embajador de México en Cuba entre 1998 y 2000. "Podríamos pensar que, toda proporción guardada, pudiera darse un fenómeno parecido al que se dio en la frontera entre Guatemala y Chiapas en los años 80".
"El otro escenario, que es el que todos deseamos —señala Coldwell— es que haya una transición pacífica. Esto va a replantear considerablemente las relaciones comerciales y turísticas en la zona del Caribe. Desde el punto de vista turístico Cuba sería un competidor formidable de Cancún y la Riviera Maya en el mercado norteamericano, exclusivamente en éste, porque ya lo es en el europeo y en el canadiense y para el propio latinoamericano, pero Cuba es un producto novedoso como destino turístico en el mercado americano. Entonces sería un competidor interesante, aunque también abriría posibilidades para multidestinos frente a otras regiones. En consecuencia, esto vendría a desarrollar más la comunicación entre Cuba y el Caribe mexicano, y ofrecerse como un destino muy competitivo con grandes atractivos".
Para el ex funcionario, desde el triunfo de la revolución cubana en 1959 ha habido un goteo de emigrantes por mar hacia las costas de Yucatán, el cual se redujo a partir de 1994 cuando se firmaron los acuerdos migratorios entre Cuba y los Estados Unidos. Por medio de ese arreglo, los norteamericanos otorgan hasta 20.000 visas anuales a emigrantes de la Isla. Pero, realmente, lo que a los cubanos les interesa es viajar a la Florida, no permanecer en México.
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