| Pasado y futuro |
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| Más noticias desagradables para el régimen: Mozambique consolida su democracia. |
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| por MIGUEL RIVERO, Lisboa |
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Definitivamente, las informaciones que llegan desde Mozambique no deben ser del agrado de Fidel Castro, aferrado más que nunca al poder absoluto y proclamando que el sistema social que preconiza es "intocable", se podría decir que eterno.
Se ha celebrado en Maputo, capital de Mozambique, el VIII Congreso del FRELIMO, partido de gobierno desde hace 27 años.
El presidente de la república, Joaquim Alberto Chissano, ha cumplido con su promesa de que no se presentará nuevamente a la reelección. A partir de ahora, desde su cargo de presidente del partido FRELIMO, se convierte en una figura que puede influenciar en la vida política del país (como seguramente así lo hará), pero sin perpetuarse en el poder.
Desde que en noviembre de 1986 asumió la presidencia, Chissano aceleró los cambios para introducir en Mozambique la economía de mercado y la apertura política, con un régimen multipartidista. Los resultados están a la vista.
Lo interesante del proceso es que el candidato del FRELIMO para la presidencia de la república, en las nuevas elecciones que se celebrarán en 2004, debe ser el Secretario General del Partido. El proceso para su elección no podía ser más democrático en el seno del Comité Central: hubo cinco candidatos para el cargo, aunque en último momento uno de ellos se retiró, argumentando "asuntos personales".
El nuevo secretario general del FRELIMO es ahora Armando Emilio Guebuza, de 59 años; durante el Gobierno del presidente Samora Machel fue ministro de Interior y ya, bajo el régimen multipartidista, se desempeñaba como líder parlamentario. Los delegados al congreso lo eligieron por voto secreto y directo.
Porque hay que decir que, contrariamente a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba (ANPP), el parlamento de Mozambique está formado por diputados del partido de gobierno y de otras fuerzas de la oposición, entre ellas, una fuerte representación del partido RENAMO, que encabeza Afonso Dhlakama, y que durante muchos años fue un movimiento insurgente contra el FRELIMO.
Para establecer una diferencia más con la isla antillana, que en alguna ocasión trató de representar un modelo para el régimen político de Mozambique, los organizadores del VIII Congreso del FRELIMO rindieron cuenta acerca del origen de los fondos para pagar los gastos de esa magna reunión. La lista de los donativos puede mover a risa en algunos países de Occidente: decenas de cabeza de ganado de los militantes de tal provincia, o tantas arrobas de maíz, o de mandarinas, de otra región.
Como es de sobra conocido, el todopoderoso e infalible Partido Comunista de Cuba nunca ha rendido cuenta de sus gastos en reuniones, congresos o como fuerza promotora de las ahora frecuentes marchas combatientes.
El programa económico del partido FRELIMO, para los próximos años, consigna que "para la erradicación de la pobreza" se necesita mantener un orden económico que combine "la propiedad pública con la privada" y la "actividad del Estado con la libre iniciativa individual y colectiva".
En lo que se refiere a la agricultura, se trata de promover "las asociaciones entre empresarios nacionales y extranjeros", para después ir modernizando también el sector de la agroindustria.
El principio fundamental del programa es "asegurar que se profundice la democracia" en la sociedad mozambicana y "promover una amplia descentralización".
En fin, que desde Mozambique llegan informes que los miembros del Grupo de Apoyo deben esconder al Comandante. Es de sobra conocido cómo reacciona él ante las malas noticias, y éstas, que se refieren a un partido con democracia interna, un presidente que no se aferra a la silla del poder y esas menciones a cambios y democracia, son demasiado desagradables.
Particularmente cuando proceden de un país africano que dos décadas atrás parecía suscribir el rumbo de la política cubana. No en balde, el congreso del FRELIMO fue totalmente ignorado por la prensa oficial de la mayor de las Antillas.
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