El regreso de los 'Irán-Contra' |
|
Tras el 11 de septiembre, ¿afectará los derechos individuales en EE UU la postura adoptada por la Casa Blanca? |
|
por ALEJANDRO ARMENGOL, Miami |
Parte 1 / 2 |
Desde que llegó al poder y de forma sistemática, el presidente George W. Bush ha estado colocando en importantes cargos del Gobierno a las figuras más prominentes del escándalo "Irán-Contra". Este esfuerzo recibió un impulso notable luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre, y en la actualidad media docena de veteranos que participaron en el mayor escándalo del Gobierno de Ronald Reagan, ocurrido en la década de 1980, están instalados de nuevo en La Casa Blanca.
El escándalo "Irán-Contra" hizo pública una oferta a Irán de cambiar armas por rehenes. El producto de la venta secreta, en la cual Israel figuraba como intermediario, estaba destinado al financiamiento de los "contras" nicaragüenses. El trato consistía en una operación ilegal gubernamental, intento de burlar una orden del Congreso que negaba al poder ejecutivo los fondos para financiar la lucha armada contra el Gobierno sandinista. Es un proceso casi olvidado hoy día, pero en su momento las implicaciones de un grupo de altos ejecutivos acusados de delitos como asociación ilícita y mentirle al Congreso sacudió y casi paralizó la presidencia de Reagan en sus últimos días.
"Se cometieron delitos", declaró recientemente a la Associated Press Charles Black, un veterano asesor republicano. "Hubo gente que prestó malos servicios al presidente y muchos lo pagaron". En realidad, las condenas fueron leves y algunas de ellas revocadas al poco tiempo por el sucesor de Reagan, el ex presidente George Bush, padre del actual mandatario.
Durante todo el pasado año y el presente, Bush ha traído de nuevo al Gobierno a varias de estas figuras implicadas en la intervención norteamericana en Centroamérica durante las décadas de 1980 y 1990. Los funcionarios designados por el Presidente son:
—El subsecretario de Estado Richard Armitage, quien en 1986 era funcionario de Defensa. Se cree que sostuvo contactos con Israel relacionados con la venta de armas a Irán. Armitage es el segundo jefe de la diplomacia norteamericana, luego del secretario de Estado, Colin Powell. Bush padre lo designó para el cargo de secretario de Defensa, pero Armitage declinó la propuesta luego de que en las audiencias de confirmación salieran a relucir sus vínculos con el caso Irán-Contra. En aquel entonces negó que se hubiera reunido con un alto oficial israelí para discutir la venta de armas a Irán. Sin embargo, y de acuerdo a la agencia Associated Press, un informe clasificado de inteligencia israelí sugiere lo contrario.
—El embajador ante las Naciones Unidas (ONU), John Negroponte. En los años 80 era embajador en Honduras, donde los rebeldes antisandinistas tenían su base. Ha sido criticado por hacerse de la vista gorda ante las violaciones de los derechos humanos por parte de los militares hondureños ocurridas en aquellos años. Su nominación, estancada durante meses por la oposición demócrata, fue aprobada con rapidez luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre.
—El director de presupuesto, Mitch Daniels, quien como director de política del presidente Reagan tuvo a su cargo los esfuerzos para tratar de minimizar los daños provocados por el escándalo.
|