| Carta a José de la Caridad Méndez |
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| por RAMóN FERNáNDEZ LARREA, Barcelona |
Parte 3 / 4 |
No conforme con esa actuación, metiste pescao el 16 de diciembre de 1909, dejando en dos hits a un Todos Estrellas de Grandes Ligas, donde estaba el temible Ty Cobb. Parece que funcionabas mejor para fines de año, y tenías, en el repertorio, como un slider de pachanga, o una bola de nudillos tipo navidad. Hablan también de tu capacidad para fildear en el box, y hubo quien poetizó la cosa diciendo que cuando lanzabas, era como si tu equipo jugara con dos short stops, porque, como una vecina que tuve allá en La Habana, precisamente cerca del Almendares, recogías cuanta bola te llegaba. No sé si la echabas a rodar posteriormente. Mi vecina sí. Ella le daba camino rápido, por primera, por segunda o hasta por el bull pen, en un ejercicio del que debiera aprender el Ministerio de Comunicaciones, el de la palomita que no se enciende, la pobre. La paloma digo, no mi eficiente vecina.
Precisamente por la admiración que te tengo, la que te he ido cogiendo poco a poco, con la majagua en la mano, una majagua irredenta —qué más quisiera yo que ser un poeta de majagua, que no es la capital de Nicaragua— es que me he metido a estudiar el acto cívico de pitchear. Me he sumergido en plena fisiología deportiva, y de ahí, como siempre, han salido un carajal de buenas dudas. Es lo de siempre, cada vez que me decido a estudiar algo en sirio, y termino sabiendo menos, enredado en las lianas del saber. Ya estaba avisado cuando me dio por el marxismo-lenin-mismo, que confundía el materialismo histriónico con el epiléptico, y la dialéctica venía de diálisis y no de dialecto. Es horrible esta capacidad descerebral que tengo. Teniendo en cuenta que para lanzar una pelota hacia el home (otros le dicen yankees go home o tom home, como el cantante) se debe usar el remo superior, cualquiera de los dos, o ambos los dos a la vez si uno es lo que se llama ambidextro, ambidiestro o imbécil de a viaje, aquí va algo de lo que he intentado aprender de la parte mecánica nacional del asunto.
El lanzamiento se hace con un brazo. No siendo brazo gitano, sirve cualquiera. La porción libre del miembro superior consta del brazo. Esto es muy discutible, pues ya entra el concepto filosófico de libertad (hay la libertad para luis corvalán, la libertad para ángela davis, la libertad individual, el libertinaje y otros etcéteras), dependiendo de a cuál organización, asociación, partido o cualquiercosa es miembro ese miembro superior, que en este caso, sólo tiene una porción, pero no se dice de qué tamaño. En esa porción hay un hueso llamado húmero, bautizado así en homenaje al poeta griego que cantó La Iliaco (que es otro hueso o una pieza de dentro del cuerpo), conocida también como La Ileana. También consta del antebrazo —una especie de anteproyecto del brazo— con dos huesos más: el cúbito y el radio. El primero no fue descubierto en la Sierra de Cúbitas, como algún anormal puede pensar, pues nuestros aborígenes carecían de ellos, sino que se llama así por lo de cúbito supino, que es una manera romana de ponerse. El radio, a su vez, fue descubierto por la polaca María Curí, y transmite ciertos sonidos cuando tiene calcificación, por eso el antebrazo ha de estar bien sintonizado. Luego está la mano, con honrosas excepciones, como la del ilustre Miguel de Cervantes y ciertas matas de plátano o de pintura. En la mano hay un conjunto de huesos que están conformados por el carpo (cuando se astilla se nombra Policarpo), el metacarpo y las falanges, que casi siempre son españolas de cuando la guerra incivil. Por eso Martí hablaba de la mano franca. Cuando ese conjunto de huesos está evaluado por una comisión y toca las maracas o el guayo de Catalina, ya es un conjunto musical y puede salir al extranjero hasta que cumpla los cien años, o grabar discos y trasnochar. Si no, sólo sirve para hacer una excelente sopa de sustancia.
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