Miércoles, 31 julio 2002 Año III. Edición 421 IMAGENES PORTADA
ECOLOGÍA
ARQUITECTURA
HUMOR
varela
CONVOCATORIA
Prensa
Revista
Revista Encuentro
Envia...
Portada
Suscríbete...
Humor
Carta a los vasos de perga

por RAMóN FERNáNDEZ LARREA, Barcelona Parte 1 / 3

Encerados aseres vasos de perga:

Enterrados, enterados, encerados o encerrados, como les dé la gana ahora de aparecer, pero desde el primer día que les mordí el bordecito ha sido como si tuviera una vela en la bemba. Ya en aquellos primeros encontronazos míos con tu abejero sabor vislumbré lo que era estar en vela. Cera virgen, o no lo será. Comegofio será quien no piense así. Fíjense que ahora hablo solamente del continente, y no del contenido. Del continente que me inhibía, pues en ese entonces yo amaba la insularidad. Como que no había pisado tierra firme aún, y para mi milimétrica noción geográfica no había más pueblo que aquel.

Mi evocación reflexiva tiene dos orígenes: el primero y el segundo. Como decir el uno y el dos, y no hablo de los hermanitos pom pón. El paso de un amigo, antiguo bucanero en mis aventuras del barril o la pipa, que revivió aquellas sensaciones, bajo el cielo bullicioso del malecón, cuando para tragar la cerveza nos parecía estar masticando plastilina, o un pabilo despabilado. Y otra trampa de la nostalgia que paso a explicar, a justificar como si le hubiera zafado el cuerpo a la pincha o la escuela, a analizar como si hubiera orinado en un pomito de bicomplex. Porque la segunda reminiscencia surgió de mi vinculación, ya a esta altura bastante frecuente e inmoderada, con mi aparato mingitorio. En fin, que fue en el baño de mi pisito en Barcelona, en esta vejez prematura de mis 44 tacos, y con la resignación que me ha dado la vida —abandonados los divertidos juegos con el feroz chorro, en el estanque quieto del inodoro, pues ya no firmo en el agua como antes, ni me entretengo bombardeando las aisladas islas que hace la espuma— y la sabiduría del buen vivir, en que me da lo mismo mearme fuera que dentro, cuando al mirar limpiamente el futuro, resurgió aquella presencia sepultada. Como el futuro estaba a dos cuartas de mis nublados faroles, y tenía forma de botiquín, leí en la penumbra —porque no hay nada mejor que mezclar el placer con la cultura, de ahí aquello de "ser cultos para ser liebres"— la carátula de una caja con un producto que usa mi mujer: "Veet. Banda de cera fría". Y ahí vino el alumbrón.

Tener una mente procaz, un cerebro precoz que cerebra cualquier festejo o aniversario; tener un mondongo distorsionado, un cacumen entre divertido e iconoclasta y una memoria perversa, nos pone la toga viril. Eso le pasaba hasta aquel imberbe pistolero del oeste, Viril el Niño. Y como por desgracia los sicoanalistas argentinos tienen su propia crisis existencial, ya no hay dios que arregle o me estire el bastidor. Qué voy a hacerle. Esa deformación profesional me juega malas pasadas, y otras buenas pesadas también, y no estoy hablando de la gorda de la quincalla de la esquina. En fin, todo se conjuró, se conjugó, se contorsionó y contrajo para que me acordara de ustedes: la penumbra del baño —al que faltaba la empujadera, el charco de urea ajena casi en los tobillos, y el agrio aroma de la cerveza—, la mano en la masa, y las palabras mágicas: "Veet. Banda de cera fría". Fue toda una sacudida de la memoria. La primera. Las otras sacudidas no las detallo, porque son normalmente indecentes. De aquella "banda" se escuchó la música del carnaval. La "fría" comenzó a salir polarmente espumosa desbordando el cerebelo, y ya lo de la "cera" me trajo la dimensión exacta, el fondillo traicionero de sus hechuras, y la huella imborrable de la textura de nuestros encuentros primeros. Ya estaba en carnaval. Se encendieron los kioskos. Sonaban las chapas al deschaparse. Y volé en el maravilloso caballo encerado, pergaso que le dicen, alado. Halado por los sedientos comemierdas que, como yo, también aspiraban a rellenar sus pergas.

Salto a cont. Siguiente: De ese destello... »
1   Inicio
2   De ese destello...
3   Y hay más...

Imprimir Imprimir Enviar Enviar

En esta sección

Carta a la Cucarachita Martina
RFL, Barcelona
Últimas horas de una granja
ENRISCO, New Jersey
Carta a Jonathan Swift
RAMóN FERNáNDEZ LARREA, Barcelona
Héroes
ENRISCO, New Jersey
Carta a Felipe Blanco
RAMóN FERNáNDEZ LARREA, Barcelona
Preocupaciones
ENRISCO, New Jersey
 
 
PORTADA ACTUAL NOSOTROS CONTACTO DERECHOS SUBIR
 
© 1996-2003 Asoc. Encuentro de la Cultura Cubana.