| Carta a Elegguá |
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| por RAMóN FERNáNDEZ LARREA |
Parte 1 / 3 |
Chiquitico, revoltoso y mensajero Elegguá:
Mira que eres cabronazo —con todo el respeto— maferefún pa' ti. Y mucho aché. Pero qué sinvergüenza y puñetero me has salido —con todo el respeto— mi suyere y que Olofi me disculpe de ñapa. De verdad que me esfuerzo, y lo cumpliré, en no hablar contigo en lenguaje científico, que suena muy farmacéutico eso de sonarte lo de Ikú lobi ocha, y esas cosas. Te hablaré con el corazón en la mina, con el caparazón en el mono, con un sencillo kabiosile, pero de tú a tú, de pedrusco a pedrusco, para que no me quede nada en el coco. Si ya lo dijo el Benny: "Pa'quitarme el coco/ que tengo contigo". Pero sigues siendo un cabroncito, —con todo el respeto—.
Ante todo: te deseo un buen año. Y si no fuera porque me confunden un poco los 21 caminos que tienes, y los dos rostros, te felicitaría por haber logrado confundir a la jara y al carné de identidad con la cantidad de nombres que usas: Mañunga, Nkuyu, Legba, Lubaniba, Papa Leguá, y los otros que te iré soltando familiarmente en esta descarga, de puñetero a puñetero, como si hablara yo también con el diloggún en ocana, que nací el primero de enero y soy igual de pilón y jorobador, controvertido, caracoleante, y siempre me han gustado los tableros. Aunque he usado más el de Mijaíl Tal que el de Ifá.
Es que me asombras con lo —con todo el respeto— maldito y mala cabeza que eres. A mí no se me hubiera ocurrido la coartada de la doble personalidad. Eso de echarle la culpa siempre a que lo desastroso lo hace Echu, es genial. Y luego, tener un nombrete para cada estado de ánimo. Y que no sea sólo un Echu, sino una pila burujón puñao. Así, si de pronto la endiñas, puedes decir que tú no estabas en el lugar de los Echus, y le echus la culpa a otro. A mí eso me suena conocido. Creo que hay un trastornao que ha querido suplantarte. Y antes de meterme en tu leyenda quiero consultarte esa preocupación. Porque los cubanos te queremos, y siempre te tenemos a mano, por aquello de las llaves y los caminos. Y hemos creído siempre en ti, y antes también en la bolita, que se llama científicamente charada. Y a nadie se le ocurrió pensar que el 59 significa loco, y esa cifra tiene mucho que ver con el tipo del que te hablaba. Que también tiene muchos nombretes. Y que el 70 es coco, que tiene que ver contigo. Y en el 70 se acabaron de cerrar todos los caminos del monte con aquello del delirio de la zafra. Y lo precedía el pozo, que es 69. Y el 60, que fue cifra y año importante para el gallo mencionado, es payaso y huevo. Bueno, el huevo sufrió diversos cambios de forma y ausencia. Pero quedó el payaso.
Me asombra sombríamente cómo se parece nuestra historia a la que te hizo leyenda. A la tuya normal como gente. Y luego a la que te convirtió en símbolo patrio. Que los símbolos patrios de mi casa son particulares, y si llueve, se mojan como los demases.
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