Viernes, 24 enero 2003 Año IV. Edición 541 IMAGENES PORTADA
Entrevista
Pedro Juan Gutiérrez o la literatura como conflicto

'El que quiera creer que soy racista que lo crea, sólo estoy exponiendo una realidad', asegura a CUBAENCUENTRO el autor de 'Trilogía sucia de La Habana'.
  Parte 1 / 4
Pedro J. Gutiérrez
Autor Gutiérrez

Luego de publicar Trilogía sucia de La Habana —a la que han seguido títulos como Animal tropical y El insaciable hombre araña—, Pedro Juan Gutiérrez se ha convertido en una de las voces más transgresoras de la literatura cubana actual. El ambiente sórdido de sus narraciones, su lenguaje soez y descarnado hablan de la depauperación humana, de la malicia abrasadora que se apodera de unos personajes inmersos en la desesperación y el caos. Su último libro, Carne de perro, aparecerá próximamente en España.

Los personajes de tus novelas son prostitutas, ladrones, travestís, borrachos, mendigos, entes marginales. ¿Son marginales porque son pobres y esta situación condiciona su depauperación moral?

Yo creo que no, es algo mucho más complicado. En primer lugar, yo vivo en Centro Habana hace 16 años, que es un barrio muy fuerte, muy violento, muy agresivo. Centro Habana, La Habana Vieja y hoy en día 10 de Octubre, parte de Lawton, Luyanó y el Cerro, también son barrios muy fuertes. La gente de Centro Habana es mucho más agresiva que la gente, por ejemplo, de San Miguel del Padrón, Santiago de las Vegas, Guanabo o Santa Fe, y esto es comprobable, absolutamente comprobable. Esa es la materia prima que yo tengo a mi disposición. Yo creo que esto tiene que ver con el hecho de que el desarrollo histórico y urbanístico de la Ciudad de La Habana comienza alrededor del puerto. Ese era el núcleo de la ciudad, pero sucede que las clases más ricas se van retirando de La Habana Vieja a Centro Habana, entre finales del siglo XIX y principios del XX, después se van al Vedado, luego a Nuevo Vedado y por último a Miramar y Siboney. Entonces van dejando los lugares más viejos, los edificios más arruinados a los negros que eran esclavos hasta hace cien o ciento veinte años, se lo van dejando a la gente más pobre. ¿Dónde vivía Lezama Lima, por ejemplo? Vivía en el centro del barrio de las putas, en el centro del barrio de Colón. Es un barrio que estuvo delimitado, al menos hasta el año 60, por las calles San Lázaro, Galiano, Neptuno y Prado. Estaba muy claro que ése era el barrio de las putas. Este desarrollo histórico y urbanístico a veces se olvida. Eso hay que conocerlo para darse cuenta por qué hoy el centro de la ciudad es una de las zonas más marginales y más violentas de La Habana.

Sí, pero, ¿cómo llegas a esos personajes y, sobre todo, qué te hace sumergirte en esos ambientes tan sórdidos?

Yo fui periodista durante 26 años y cuando tú eres periodista vas desarrollando una vocación intuitiva, inconsciente, que te convierte en un radar. Estás constantemente, sin darte cuenta, analizando, captando, viendo detalles que los demás no ven o fijándote en cosas. Aprendes a conocer a la gente nada más que de mirarla a los ojos. Con sólo mirarle a los ojos ya sabes si te están diciendo mentiras o te están diciendo la verdad. En esa situación es que enfrento yo la literatura en el 94, cuando comienzo a escribir la Trilogía sucia y estaba en medio de una crisis personal muy fuerte, muy aguda, muy violenta, que me probó. Incluso, a veces tuve hasta intenciones suicidas, una cosa terrible, verte sin dinero, sin comida, "embarca'o", solo, la casa sin muebles, una situación terrible para una persona que no estaba acostumbrada a vivir así. Yo había sido un periodista de alto nivel de confianza, siempre con carro, una casa y el refrigerador lleno de comida, con una familia, viajando por todas partes y de pronto me quedé sin nada. El país entrando en una crisis económica, política y social muy aguda que culmina quizás, se supone que termina con la crisis de los balseros en agosto del 94, y en esa situación comienzo a escribir lo que yo nunca había escrito. Estaba escribiendo poesía y cuentos desde los 18 años, y había escrito una novela completa titulada Todo bajo control y una novela policíaca de espionaje internacional que se llama Valija diplomática, y muchos cuentos y poesías. Pero en el 94 comienzo a escribir a full y me daba lo mismo si caía pesado, si caía simpático, si al lector le gustaba o no le gustaba, si pensaban que yo era un marginal o que yo era un delincuente o que yo era un machista. No me interesa lo que la gente piense.

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