Viernes, 24 enero 2003 Año IV. Edición 541 IMAGENES PORTADA
Entrevista
Carlos Alberto Montaner: abrir las compuertas de la creatividad

El presidente de la Unión Liberal Cubana habla, entre otros temas, sobre neoliberalismo, postcastrismo, su último libro o una nueva especie de 'rottweiler', no demasiado apreciada en el ámbito de la diplomacia latinoamericana.
por ARMANDO AñEL Parte 4 / 5

No se puede olvidar que el Partido Comunista Cubano tiene 750 000 miembros, de los cuales 650 000, probablemente, no son fanáticos delirantes, sino que militan porque quieren formar parte de la clase dirigente, tienen la voluntad de formar parte de esa clase. En el momento en que se abra el proceso político creo que habrá que facilitar el tránsito de todas esas personas hacia otras formaciones políticas en las que se sientan más cómodas, formaciones que tengan que ver con la democracia. Supongo que el Partido Socialdemócrata en Cuba puede tener un buen destino, puede ser una agrupación importante y notable con la que habrá que gobernar en coalición o entrar en pactos de gobierno. Aquellos aferrados al viejo marxismo-leninismo tendrán un espacio similar al de antes de 1959, cuando no alcanzaban más allá del 2, 3, 4 % del apoyo popular. Creo que regresarán a ese nivel de insignificancia, como creo que una República verdaderamente democrática y tolerante, como la que aspiramos a construir los liberales, es una República que debe guardar esos espacios abiertos para que existan los comunistas con los porcentajes que les quiera asignar la sociedad. No somos partidarios de excluir a nadie del juego político.

¿Qué opinión le merece la reestructuración de la FNCA?

Creo que el joven Jorge Mas Santos ha hecho algo correcto, que es moverse hacia el centro, acercarse más hacia lo que es la visión prevaleciente en el exilio, incluso en Miami, lo cual me parece natural en gente de su edad, que debe tener una visión diferente a la de generaciones anteriores, y que desempeña y va a desempeñar un papel muy importante, porque la comunidad cubana en los EE UU va a jugar un rol fundamental cuando llegue la democracia a Cuba. Y no como dice el Gobierno cubano, claro, tratando de apoderarse de la riqueza —o de la pobreza— que hay en la Isla, sino a la inversa: creando la correa de transmisión para que la nación más poderosa del mundo, que está a 90 millas de nuestras costas, se convierta en un foco de desarrollo para Cuba, que es lo que me parece a mí va a ocurrir.

Le ha surgido a la Isla una décimo quinta provincia, que es la del destierro. Esta provincia es muy rica y va a ayudar mucho a la prosperidad de los cubanos. En este marco la Fundación, que tiene cierto peso en la sociedad norteamericana, jugará un papel importante.

Se dice que el exilio carece de liderazgo, que se hace imprescindible un líder. ¿Piensa usted lo mismo?

Yo quisiera vivir en una Cuba sin héroes ni líderes carismáticos. En una sociedad que se guiara por principios, por valores, y, lógicamente, por intereses. Donde aquellas personas que se propusieran como dirigentes fueran aceptadas sólo en la medida en que pudieran demostrar una vocación clara de servicio público. En otras palabras: gente que no vaya a mandar, sino a obedecer. A obedecer a la sociedad, a obedecer las leyes.

Los liberales luchamos porque la clase política no tenga ni otro rol ni otro peso que el que le autorice la legislación. En lo personal, los líderes y los héroes me producen cierto temor.

En el exilio se sucede una especie de interminable discusión entre quienes favorecen y quienes critican el levantamiento del embargo. ¿Ella no habrá terminado convirtiéndose en una cortina que impide ver o explorar otras vías —más allá de las tradicionales— para la lucha por la democratización de Cuba?

Es posible que se haya convertido en una especie de discusión bizantina, en primer lugar porque la capacidad de tomar decisiones está en el Congreso de los EE UU y no en las cafeterías de Miami ni en los bancos de los parques en La Habana. Así que es una disputa que no tiene demasiado sentido.

Si se me preguntara si soy partidario del levantamiento del embargo o no, diría que soy partidario del levantamiento del embargo a cambio del fin de los fusilamientos, a cambio de la liberación de los presos políticos, a cambio de un espacio en el que la disidencia interna pueda expresar sus opiniones dentro de una sociedad plural. Dadas esas modificaciones de la realidad cubana, a mí me parecería injusto mantener el embargo.

Salto a cont. Siguiente: Con respecto... »
1   Inicio
2   A todo...
3   ¿Cuál es...?
4   No se puede...
5   Con respecto...

Imprimir Imprimir Enviar Enviar

En esta sección

59, 68, 89
JORGE A. POMAR, Colonia
Sucesión, transición, inmovilismo: tres modelos para armar
MARY SIMóN, Ginebra
Rafael Rojas: 'Somos hijos de la Revolución y del Exilio'
MIGUEL COSSíO RODRíGUEZ, México D. F.
'Europa debe darle a la disidencia la legitimidad que le corresponde'
Oswaldo Payá: El Proyecto ya no es proyecto, sino campaña liberadora
NOTICIERO
SOCIEDAD
ECONOMÍA
CULTURA
INTERNACIONAL
DEPORTE
MÚSICA
OPINIÓN
DESDE...
ENLACES
Chat
ENTREVISTA
Cartas
BUSCADOR
Galeria
Mini
EDICIONES
» Actual
« Anterior
Seleccionar
D:  
M:  
A:  
   
Voto
 
 
PORTADA ACTUAL NOSOTROS CONTACTO DERECHOS SUBIR
 
© 1996-2003 Asoc. Encuentro de la Cultura Cubana.