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El conocimiento, resultado de la dinámica relación entre los hombres y el medio en que viven, duplica su magnitud en un tiempo cada vez menor, genera constantes cambios sociales e impone a los hombres un estado permanente de transformación y adaptación a nuevas condiciones, donde el proceso de enseñanza desempeña un papel significativo. La Historia registra varios momentos de cambio generados por la cantidad de conocimientos acumulados y sus formas de organización, transmisión y empleo. Del primero de esos cambios —fruto de las limitaciones del cerebro humano y del lenguaje— surgió la invención de la escritura, a partir de la cual fue posible emplear para cada actividad concreta sólo la porción pertinente del conocimiento existente. Surge así la información como conocimiento escrito, fijado al papel y organizado para su empleo de forma eficiente en la solución de problemas prácticos y teóricos. Este nuevo nivel aceleró la producción del saber y condujo a un nuevo cambio del cual emergió la imprenta y su propagación en los siglos XV y XVI que, unida a la comunicación postal y a las publicaciones científicas permitieron la expansión de la ciencia a escala internacional. Desde ese momento la introducción constante de nuevas tecnologías, el crecimiento exponencial del conocimiento y la información, condujeron, por medio de una cadena de cambios posteriores, al umbral de lo que hoy se denomina Era de la Información, causa y a la vez efecto del proceso globalizador y de las autopistas de la información. Fenómeno, que según un sociólogo, transforma el mundo en "un pueblo planetario", donde los acontecimientos adquieren rápidamente una dimensión mundial que puede traducirse en concentración de la información, precisamente cuando ésta deviene fuente principal de poder y cambios. La misión de la educación consistente en la preparación del hombre para la época que le toca vivir, asume características específicas en las nuevas condiciones y pone a la orden del día dos problemas básicos: el primero, extender la lucha por la democratización política y económica a la esfera del saber. El carácter mundial de la informatización demanda la universalización del conocimiento y la igualdad de oportunidades en la redistribución de educación, tecnología y desarrollo de capacidades para la iniciativa personal, una antiquísima aspiración irrealizada: la educación para todos.
Cuba y la velocidad de las revoluciones Un tal José Martí Contra la corriente Día de la Candelaria Declaración de Pax Christi |
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