Pedro Moisés Porro es en estos momentos uno de los percusionistas cubanos más activos. La versatilidad de su estilo le permite pasar de los trabajos con los grupos flamencos a la música cubana de Celia Cruz y Cachao, del jazz fusión a las sonoridades afro y de éstas al latin jazz. Lo que le ha llevado a compartir escenario con grandes músicos, como son los casos de Herbie Hanckor y Bracfor Marsalis.

Todo ello marcado por una forma de tocar que prescinde del virtuosismo como propuesta en sí misma, buscando el equilibrio entre tradición y modernidad en sus interpretaciones de la percusión cubana.

¿Últimamente tu trabajo se ha dirigido hacia el flamenco y el latin jazz?

La verdad es que hace algún tiempo que vengo trabajando con diferentes agrupaciones de flamenco y de latin. Ahora mismo estoy haciendo una gira de conciertos para la presentación del último disco de José el Francés y en breve estaremos grabando otro disco de esta agrupación flamenca, pero ya antes había colaborado en las presentaciones de Rosario Flores. Tanto en uno como en otro caso, incursiono en esos ritmos flamencos con la percusión cubana, que encaja muy bien en las propuestas de fusión que están haciendo los diferentes grupos flamencos. En ambos casos se trata de un flamenco que está comenzando a fusionarse con diversas sonoridades. Por otro lado, también he trabajado con grupos de latin jazz como son Calle Caliente, Josua Ederman y con Omar Sosa. Se puede decir que en esas dos direcciones me he movido últimamente.

¿Tengo entendido que en breve estará con el Wicho Rodríguez Quintet?

Bueno, el jazz es para mí la música más cercana, entre otras cosas porque es la música que más yo he trabajado desde que me gradué en la escuela nacional de La Habana, algo muy importante en el desarrollo de mi carrera. En un primer momento interpreté piezas de jazz, más bien latin jazz, en el grupo Fervet Opus, del excelente pianista cubano Gabriel Hernández. Esta experiencia amplió mis horizontes musicales, porque trabajamos también géneros de la música popular cubana, donde estudie bien, por ejemplo, los toques batá de la música afrocubana, y otras cosas del folklore musical cubano que después a lo largo de estos años he ido incorporando a mi estilo. Estos conocimientos los estoy aplicando en las incursiones que estoy haciendo en el campo de las fusiones del flamenco y en los trabajos de latin jazz.